Esta independencia que hemos proclamado no es sino un armisticio, una suspensión de las armas. Hay que hacer pueblo, hacer dirigentes, formar republicanos sobre una herencia de despotismo y monarquía. Cómo puede ejercer soberanía el pueblo si no lo hemos preparado. Este soberano ni aprendió a mandar, ni manda y el que manda a su nombre lo gobernará, lo dominará y lo esclavizará. Qué soberanía puede ejercer un pueblo ignorante y pobre. No hay que esperar de los colegios actuales lo que no pueden dar, están haciendo Letrados, no esperen ciudadanos.
Arturo uslar Pietri
Voces y gritos en las calles,
demandan la necesidad de tener libertades.
Voces y gritos en las calles,
denuncian actos criminales
y a una clase política que entendió
el perverso arte de la manipulación
y con ella, el socio perfecto
para ocupar el sillón del poder,
el uso indebido de la chequera del estado
y la dominación del electorado.
Libertad, libertad, libertad,
se reclama en las calles,
en las ciudades, en los pueblos.
Una libertad que se traduzca
en alimentos, en medicinas,
en una educación liberadora,
en una información transparente,
en unos datos reales
para la toma de decisiones,
en unas reglas de juego,
que respeten la dignidad humana.
Grandes pueblos,
y grandes sociedades,
secuestradas por un discurso
y por el poder de las armas,
que han entregado su soberanía
a una mezcla de populismo,
autoritarismo y dictadura solapada.
Grandes pueblos
y grandes sociedades,
que aún creen que si eres
de una determinada tendencia política,
religión, creencias o género,
eres bueno o malo, así de simplista.
Grandes pueblos
y grandes sociedades,
que aún creen que las armas
son las únicas que pueden hablar
ante los conflictos sociales,
Grandes pueblos y grandes sociedades,
que aún viven sometidas y asustadas,
sin poder levantar su voz
esperando solamente morir
y escapar así, de esa realidad inhumana.
Hay que construir verdaderas democracias,
pero antes, habrá que formar
verdaderos demócratas, ciudadanías sensibles,
tolerantes, resilientes, comprometidas,
implicadas, educadas y preparadas.
No se puede liberar,
sin la implicación de los liberados.
No podemos cambiar la realidad
a través de las balas.
Somos lo que hicimos
y dejamos de hacer, hace muchos años.
Por lo tanto,
cambiar las realidades
es un trabajo a largo plazo.
Nuestras soberanías,
están allí y son un derecho.
pero a la vez,
es también un deber
el cultivarlas, protegerlas,
entenderlas y construirlas
de acuerdo con la realidad de cada sociedad.
Nuestras soberanías,
nuestras democracias,
nuestras realidades,
nos necesitan conscientes,
nos necesitan activos,
nos necesitan implicados,
nos necesitan no violentos,
nos necesitan: ciudadanos.
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