jueves, 8 de julio de 2021

Cambiar el mundo… cambiar tú mundo

La ética es saber la diferencia entre lo que tienes derecho de hacer 

y lo que es correcto hacer

Potter Stewart

La realidad de nuestro mundo,

no cambiará por la suma de deseos,

o anhelos que expresemos todos los días.

A los deseos y anhelos,

hay que añadir, obligatoriamente,

una serie de hábitos y acciones,

que se sumen a otros

y que a su vez, produzcan,

un efecto de cambio.

 

En ese ejercicio de vida,

te darás cuenta

que ese cambio,

ha significado también

cambiar tú por dentro,

y hacer de tu corazón,

un lugar adecuado para vivir.

 

Esa construcción de la realidad,

-se supone- que debería hacerse

sobre la base de elementales valores 

de convivencia humana.

 

Elementales valores

cómo la ética por ejemplo,

tan venida a menos,

tan olvidada,

tan vilipendiada,

expresamente arrinconada

en una esquina de la historia,

pues con ello la conciencia

de los desgraciados,

actúa tranquila en sus componendas,

sin tener el reclamo de la ética

ante sus fechorías.

 

Es curioso darse cuenta,

que con la ausencia de la ética

en la mayoría de acciones

e interacciones humanas,

asumimos el rol de víctimas

de quienes se han tomado

el poder por asalto.

 

La ausencia de la ética,

ha transformado a la democracia,

en un telón que esconde

los peores ejemplos de fascismo,

autoritarismo, tiranía y mafia política.

 

La ausencia de la ética,

ha permitido a los politiqueros,

robar a manos llenas,

construir una historia 

sobre la base de mentiras

y gobernar impunemente

a un electorado ignorante

y carente de análisis,

y ajeno al saber y a lo que se debe hacer.

 

Políticos en ejercicio enjuiciados,

funcionarios de alto rango encarcelados,

mandatarios y exmandatarios enjuiciados

y también sentenciados.

Cientos de juicios e investigaciones por robos,

por peculados y por abusos de todo tipo.

 

Sin ética, 

no es posible tener una brújula

un argumento para hacer frente al mal.

Sin ética, 

una parte de la prensa

ensucia sus manos

en el estiércol de la politiquería barata.

Sin ética,

una parte de la ciudadanía juzga,

ataca, acosa y denigra,

amparada en la complejidad

de las redes sociales.

 

Hay que cambiar el mundo,

pero antes, 

debemos saber cómo es el nuestro,

y aprender a aprender

lo que por derecho nos cabe

y lo que por sentido común es correcto.

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