Todo el mundo quisiera vivir largo tiempo,pero nadie querría ser viejoJonathan Swift
Se dice o comenta,
que hay mucha sabiduría en la vejez,
que los años dan,
la experiencia necesaria,
para poder decir y opinar
con fundamentada razón.
Otros reconocen,
que una persona
que ha llegado a una respetable edad,
es alguien a quien se debe
la mayor consideración y respeto.
La vejez, la edad adulta,
la tercera edad,
los años dorados,
y otros adjetivos más
intentan describir
un momento de la vida,
al que llegan muchos,
pero no todos.
Queremos vivir muchos años,
pero no queremos llegar a viejos,
nos dice un pensador,
con elegante ironía,
porque a pesar
de que hagamos referencia
al respeto y cariño
con el que debemos tratar
a nuestros mayores,
también sabemos,
en mayor o en menor medida,
que no todo es “color de rosa”,
para aquellos,
que han llegado a viejos.
La vejez llega a la casa,
en forma de abuelos,
tíos o padres.
De pronto,
nos damos cuenta
que esos seres amados,
están mayores
y tienen otras dinámicas,
gustos, disgustos,
dolores y alegrías,
que antes no tenían.
La vejez llega a casa,
y nos vemos “obligados”,
a aprender a convivir con ella.
A veces pacientes
y otras, no tanto,
convivimos con nuestros mayores,
en una suerte de alegría y queja.
Alegría por tenerlos
y queja “porque parecen niños”,
“porque molestan”,
porque se enferman,
porque son necios,
porque se ensucian,
porque al final,
resultan una carga.
La vejez llega a la casa,
al barrio, a la ciudad,
al país y al mundo.
y no todos estamos preparados,
educados y conscientes
para acompañarla y hacerla digna.
No bastan las leyes,
los reglamentos
y las disposiciones que garanticen
una vejez plena y respetada.
Hace falta conciencia,
sentido común,
y mucho amor por la vida,
para entender y comprender
a la vejez en todas sus formas
y para rodearla de lo mejor
que nos sea posible.
No porque vayamos a llegar a viejos,
sino por que esos viejos,
conocidos o desconocidos,
son seres humanos,
que, al igual que nosotros,
merecen respeto y apoyo,
más aún si no cuentan,
con todas las capacidades
que la vida nos brinda,
peor aún porque no cuentan
con una renta digna,
una atención médica oportuna
y especializada
y una sociedad responsable
que se preocupa de quienes
estuvieron en el mundo,
antes que otros llegaran.
1 comentario:
Tema importante, triste y siempre de actualidad
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