Ser libre no es meramente
soltarse las cadenas,
sino vivir de una manera
en la que se respete y se amplíe
la libertad de los otros
Nelson Mandela
Construir o destruir,
unir o disolver,
amar u odiar,
trabajar o robar el trabajo de otros.
Las sociedades
se enfrentan,
con el pasar de los tiempos,
a complejos momentos
uiadas por liderazgos
que buscan, solamente,
su beneficio propio,
y pescar a río revuelto.
Y por ello destruyen,
disuelven, provocan odios
y se roban el fruto
del trabajo de otros.
Eso eso más fácil,
cuando estamos divididos,
cuando nos etiquetamos,
cuando construimos muros
y barreras mentales
llenas de prejuicios
y falsos conceptos
de superioridad o desprecio.
Llenos de odio
y desconfianza social,
actuamos solamente
en función del bienestar propio,
y ni siquiera eso,
sino del bienestar del poder,
y de sus súbditos y empleados.
Sociedades divididas,
que solamente generan
resentimientos, pobreza e intolerancia.
Así vivimos,
en varias partes del planeta,
sin darnos cuenta,
actuando como robots,
según el mandato del poder,
según sus designios:
divide y vencerás.
Por el contrario,
construir, amar, trabajar,
buscar el beneficio común,
requiere una reflexión,
que parte del corazón.
Necesitamos un ejercicio urgente
de perdón y reconciliación,
un llamado desesperado
al regreso del sentido común.
¿Qué esperamos para construir
en lugar de destruir?
¿Qué esperamos para poner en su sitio
a los terroristas y mafiosos
de la politiquería,
que quieren seguir robando a manos llenas,
y quieren también el título
de héroes de la patria?
Necesitamos desarrollar la capacidad
de escuchar y de dialogar.
Necesitamos desprendernos
de nuestros propios intereses,
y trabajar por los intereses colectivos.
Necesitamos construir consensos,
sanos consensos,
que son la antesala
de la convivencia pacífica,
con conflictos,
pero sin violencia.
Necesitamos que nuestros líderes,
aprendan a ser humildes,
no como un acto de sometimiento,
sino como un valor ético
de sabernos finitos,
y necesitados de construir
de forma conjunta y digna,
un mejor presente
y un esperanzador futuro.
No es fácil,
peor aún si esto
incomoda a los fascistas,
a los populistas, a los absolutistas
y a los mafiosos y ladrones
de los bienes públicos y privados.
Es un ejercicio múltiple,
que si logramos hacerlo posible,
habremos dado vuelta a la página
de la barbarie y la tragedia humana.
Consensos, acuerdos,
diálogos, reflexiones y conversaciones.
Pilares para construir,
un mejor mundo,
un mundo mejor...
pero para todos,
no para unos cuantos.
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