La inercia es lo que hace
que intentemos resolver
los problemas de hoy
con fórmulas de ayer;
lo que tenemos que hacer
es reinventar el futuro
Federico Mayor Zaragoza
Estalla un problema
de orden mundial
y las fronteras se cierran,
los muros se levantan,
y las libertades se limitan.
La inercia hace,
que los líderes en el poder,
en lugar de orientar,
desorienten.
En lugar de unir,
dividan.
En lugar de progresar,
retrocedan.
En lugar de ahorrar,
e invertir en lo social,
roben a manos llenas,
o hagan que otros
ganen sin limitación alguna.
La inercia,
en tantos órdenes de la vida,
sumada a la miopía social,
hará que busquemos soluciones
caducas, inhumanas y mediocres,
a problemas que requieren
nuevas soluciones:
creativas, cooperativas,
incluyentes, humanas y sensibles.
La inercia nos lleva
a pensar siempre
en buenos y malos.
Y el poder y el dinero,
dirán quieres son los buenos,
y quienes los malos...
Y la miopía social,
creerá ver una sola verdad.
Las viejas soluciones,
a los nuevos problemas,
conlleva al caos,
a la desobediencia,
al incremento de la impaciencia.
Si no sabemos,
¿quiénes somos?,
¿de dónde venimos?
y ¿a dónde vamos?
Si los liderazgos,
están tomados
por personas,
que solamente han lucrado
para si y para los suyos,
la inercia ha ganado.
No esperemos cambios,
si nada ha cambiado,
en la forma de hacer las cosas:
en las propuestas o
en las formas de reinventar el futuro.
La esperanza es tal,
si se deposita en los hombros,
de la gente honesta,
sencilla, transparente,
bien intencionada y comprometida.
La esperanza,
asistirá a su propio funeral,
si se la entrega a las manos,
de los mismos desgraciados
que se han llevado y se llevan todo,
en nuestras narices,
por nuestra miopía social.
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