miércoles, 6 de mayo de 2020

Después del día cincuenta

No veo la miseria que hay,
sino la belleza  que aún queda
Anne Frank
A pesar de la miseria,
la belleza puede más,
y nos debe acompañar siempre,
para hacerle frente
a los actos miserables,
que buscan y pretenden,
manipular en tiempos vulnerables.

Mirar la belleza,
es poder contrastar
la pureza, de la miseria.
Solamente en corazones apagados,
tristes, sombríos y enfermos,
caben actos y manifestaciones de miseria.

Que la belleza,
adorne siempre,
lo que pensamos, hacemos,
o dejamos de hacer,
por nosotros 
y por nuestro prójimo. 

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