jueves, 20 de febrero de 2020

Te mereces lo mejor


Tú mismo, al igual que cualquier otra persona en el universo,
 te mereces tu propio amor y afecto
Buda

Es increíble,
las noticias que leo,
en su gran mayoría
cuentan historias tristes,
de secuestros, de muertes,
de personas engañadas
por quienes recibieron,
en unas urnas,
la confianza para gobernar,
es decir, para administrar
los bienes de todos.

Leo historias tristes,
de mucho dolor.
Converso sobre historias tristes,
de mucho dolor.
La violencia siempre presente,
en nuevas y discretas formas.
El engaño y el miedo,
armas predilectas
de los populistas y politiqueros,
les permiten gobernar
sin limites ni miedos.
Los que han robado:
están prófugos o presos,
pero eso sí,
con el dinero en sus bolsillos.

Y sigue día a día,
la triste historia
de aquellos que se llevaron,
y se llevan la plata,
a manos llenas,
y una estructura de estado,
incapaz (eso te dicen),
de poder encarcelar
a todos los ladrones
que se roban la patria.

Otras historias,
tristes también,
hacen referencia
a otras violencias:
violencia intrafamiliar,
violencia en el hogar,
violencia laboral,
violencia… violencias.
Desgraciadamente,
muchas de ellas:
aceptadas.
Otras tantas:
confundidas en costumbres,
en “formas de ser”,
y por tanto ignoradas…
y entre tantas violencias,
llegamos a pensar,
que son normales,
que nos las merecemos,
que son un castigo,
que son el resultado
de que algo hicimos mal,
de que siempre ha sido así,
y nada puede cambiar,
en fin…
tantos justificativos,
para que la violencia siga allí,
viva, cada día,
y cada día más fuerte.

El ejercicio es,
creo yo,
pensar en nosotros,
en nuestro interior,
y preguntarnos,
por ejemplo,
¿cuánto nos queremos?,
¿cuánto nos aceptamos?,
¿cuánto nos toleramos?,
¿de verdad nos conocemos?
¿Somos sinceros
con nosotros mismos?,
o ¿somos los que otros,
quieren que seamos?.

Yo creo,
que, si logramos construir,
amor propio,
amor del bueno,
algunos le dicen autoestima,
lograríamos distinguir
al desgraciado
que nos miente en la política,
al ladrón que se nos roba,
no solamente el dinero,
sino también la ilusión.
Elegiríamos a un político,
no por lo que dice,
sino por lo que representa,
por lo que hace,
y porque no roba.

Si nos amáramos de verdad,
a nosotros mismos,
le haríamos frente,
a quien nos hace daño,
a quien nos violenta,
a quien no nos quiere,
a quien nos hace daño…
estoy seguro,
que no esperaríamos mucho,
para poner las cosas en orden,
que no significa,
que la vida no sea compleja,
que no haya conflictos,
que no haya problemas,
significa que vivamos,
sin hacer daño al otro.

Creo que te mereces lo mejor,
que nos merecemos los mejor.
Quizá, si llegamos a creer en ello,
trabajaremos siempre
por un mundo mejor,
y no por un mundo de resignación
y de violencia y corrupción.

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