jueves, 22 de agosto de 2019

A grandes males, soluciones imposibles

No son los males violentos los que nos marcan, sino los males sordos, los insistentes, los tolerables, aquellos que forman parte de nuestra rutina y nos minan meticulosamente como el tiempo.
Emile Cioran


Grandes males, 
rodean a la humanidad,
a las grandes comunidades
y también a las pequeñas.

Hace pocos días,
un barco en el Mediterráneo,
navegaba sin poder atracar
en ningún puerto seguro,
porque las Autoridades 
de aquellos puertos, 
decían que no podían permitir
que ingresen a sus países 
personas sin documentos,
a pesar de que esas personas,
huían de regímenes inhumanos,
huían de espacios de hacinamiento,
de miseria, pobreza y violencia.
Personas que se lanzan a la mar,
sabiendo que pueden morir,
con una mínima posibilidad de vivir,
o de sobrevivir,
quizá en las mismas condiciones,
pero lejos de sus torturadores,
o al menos, eso creen esas personas. 

Grandes males:
personas,
que caminan días enteros,
llevando en sus hombros,
dos o que tres pertenencias,
en sus brazos a sus hijos,
y de la mano a sus familiares.
Caminan sin rumbo,
porque el caminar los aleja,
de su indigna realidad:
corrupción, represión,
miseria, maltrato, odio,
pobreza, hambre... desesperanza. 
Personas que caminan
y en el camino se encuentran,
con manos que ayudan
y a la vez, dedos que apuntan.
Con voces de aliento,
y también, con lenguas que insultan.
Personas que caminan,
y que al caminar,
dejan atrás su hogar,
y pierden día día,
los derechos a ser tratados
como seres humanos.

Grandes males:
verdaderas islas de basura,
recorren los mares del mundo,
atrapando y contaminando
toda la vida marina,
su delicado ecosistema 
y generando impactos
que se sienten en el clima,
y en la inestabilidad de los mares.
Hace poco asistíamos,
al réquiem de un glaciar,
debido al calentamiento global.

Grandes males:
un incendio 
de proporciones inimaginables,
destruye gran parte de la Amazonia,
que a pesar de estar 
dentro de la frontera 
de un gran país,
es parte del patrimonio de la humanidad.
Acusaciones, gritos y desesperos,
mientras el incendio sigue allí,
destruyéndolo todo.

Grandes males,
que necesitarían, 
por lógica o sentido común,
grandes soluciones.
Pero, parece que eso no es posible,
que no logramos ponernos de acuerdo,
en la forma de reducir las desigualdades
y de resolver los grandes males.

Tengo la impresión,
de que nos centramos en tratar de solucionar,
las consecuencias y no las causas,
pues los remedios a nuestros grandes males,
son tibios paños que poca o ninguna solución 
aportan a las complejas realidades 
que vive el mundo y sus sociedades.

Grandes males,
que reciben la solidaridad 
de las redes sociales,
que tienen análisis en exceso,
y soluciones imposibles,
escasas, débiles y sin consenso.

Mientras las causas,
y los causantes de esos grandes males,
siguen allí,
alimentándose de la ignorancia,
la inoperancia y la insensibilidad humana.


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