jueves, 23 de agosto de 2018

Vivir


¿Me preguntas por qué compro arroz y flores?
Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.
Confucio

Llega un momento,
en la historia de la vida,
en la que te das cuenta,
que la eternidad del ser amado,
y de las personas en general
es solamente una quimera…
Que la muerte llega,
sin saludar y sin avisar,
que la muerte cruzará la puerta,
y se llevará con ella,
lo que amas y adoras…
y a pesar de ello,
tendrás que vivir.

No es que vivamos
pensando siempre en la muerte,
ella está allí,
detenida en su tiempo,
transitando nuestro tiempo…
esperando el momento.
No es buena ni mala,
es lo que vemos de ella,
es respuesta a un llamado,
o quizá lo peor que nos ha pasado.
Es alivio, es pena,
es resignación,
es dolor u olvido,
es muchas cosas a la vez,
es sentirla cuando el momento llega,
y su tránsito es dolor,
y pese a ello,
tendrás que vivir.

A veces llega rápida y rauda,
se lleva a un ángel recién nacido,
o se lleva a un anciano
que no recuerda su apellido.
Se lleva a sanos y enfermos,
se lleva a los alegres y a los taciturnos,
se lleva a los esperanzados,
y también a los desesperados.
Se lleva en vida,
en pura vida… a los mortificados,
y pese a ello,
tendrás que vivir.

Aprender a vivir…
cómo vivir el momento,
en que la muerte llega,
lenta o rápida,
igual de dolorosa,
muchas veces aborrecida,
otras, necesaria.

Aprender a vivir,
cuando la muerte se aleja,
cuando se llevó
lo que querías.
Aprender a vivir,
tu propia vida,
aquella que quizá dejaste,
por momentos suspendida,
cuando te encargabas,
cuando sufrías,
cuando vivías,
la muerte de los que amas.
Y pese a ello,
tienes que vivir.

Porque la vida no es,
un camino hacia un calvario.
Es un final contado,
antes que todo comience,
por ello esa dualidad
de dolor y esperanza.
Por ello tienes que vivir,
no para sufrir por la muerte,
sino aprender de ella,
de lo que te enseña,
cuando pasa por tu lado,
y te deja aquel trago amargo,
que te resistes aceptar.

No es resignación,
creo yo,
es una dosis de realidad,
mezclada con la esperanza
de saber que esto tiene que pasar,
pero que mientras pasa,
hay un espacio que debemos trabajar,
que debemos vivir,
que debemos aprovechar,
para que valga la pena el tránsito,
para que valga la pena vivir.
¡Complicada contradicción!.

Que cuando nos llegue,
nos encuentre la muerte,
con una dosis de conciencia,
que mientras las lágrimas broten,
también brote la sapiencia,
para obrar y actuar,
para orar y pensar,
para seguir el camino,
para saber vivir,
mientras estamos vivos.

1 comentario:

Unknown dijo...

Excelente "cronología" de un pensamiento estilizado, en lo que parece ser una prosa de un canto a la muerte, con la delicada voz de la vida.

Porque ambas son efímeras, y aunque opuestas, tanto distantes o cercanas la una de la otra, son también amigas inseparables. "Aprende a vivir la vida en vida, para morir con el elogio triunfal de haberla tenido y sentido, y a ésta (la vida) sin los celos de que fue arrebatada de tu lado; así vivas un solo día. Ama para ser amado, el resto ocurrirá por simple añadidura".