jueves, 2 de agosto de 2018

Ausencia


Hay un dolor que a menudo siento, el cual nunca sabrás.
 Esta provocado por tu ausencia
William Shakespeare.

Ante tu ausencia,
busco decorar la vida,
o lo que queda de ella,
con flores de esperanza…
que pronto marchitan,
porque olvido regarlas,
mientras sueño que regresas,
cualquier momento del día.

Tu ausencia es dolor,
es tristeza infinita,
es llanto en silencio,
es amargura sin par.
Y mientras escribo,
estas letras de dolor,
creo que a la vez,
tu ausencia evoca,
lo mejor de ti,
lo que no había visto,
lo que me queda en el corazón,
lo que me alimenta el alma.

Sabía que no estarías toda la vida,
sabía que en algún momento te irías,
sabía que esto sucedería,
sabía que dolería,
sabía… en el fondo lo sabía,
aunque lo negaba,
aunque no lo reconocía.

Tu ausencia,
rompió la brújula de la vida,
los caminos desaparecieron,
los destinos se esfumaron.
Tu ausencia trajo consigo,
una tormenta de arena,
un terremoto siniestro,
una tristeza infinita.

Y… a la vez,
tu ausencia es alegría,
al recordarte y saber,
lo que aprendí de ti,
cuando por momentos decía,
que no sería como tú,
o que me encantaría,
haber sido,
o ser como tú,
porque por ti siempre
habrá admiración.

Pero..
no te cuento lo que siento,
solamente lo escribo,
espero no lo leas,
porque no quiero preocuparte,
quiero que sientas que estoy bien,
lo mejor que es posible,
que sigo soñando
en tantas cosas que te contaba.
Que sigo cometiendo los mismos errores,
y quizá más,
pero al final,
de buena fe (creo).

No te preocupes,
camino con tu ausencia,
y quiero pensar,
que me acostumbro a ella,
que es parte de mi vida,
de mis noches y días,
de mis penas y alegrías.

Desde aquí,
desde esta ventana de mi vida,
desde esta tarde sin frío,
siento tu ausencia,
que viaja por mis venas,
intentando entender,
que así debe ser,
que hay que caminar,
que hay que volver a empezar,
que no podemos detener
lo que el tiempo trae
con el paso de los años,
y de la vida y los días.

Así camino,
con tu ausencia a cuestas,
no creas que lloro todos los días,
también aprendo a reír,
porque no podemos dejar de lado,
la vida y la gente que amas.

Porque algún día,
seremos también ausencia,
y pediremos que no lloren,
porque no estamos,
sino que rían y sueñen,
porque estuvimos
y porque amamos.

2 comentarios:

Elena Malo de Mancino dijo...

Hermoso, y muy sentido!

Alfredo Vaca Rodríguez dijo...

Un grito en la habitación vacía, de la espera infinita.
El amor filial herido y resignado.
Te acompaño en la vigilia de sentarme a mirar al fondo
cuando el frío de retornar a la tierra nos desola pero
nos convierte en una roca de esperanza.

ALFREDO VACA RODRÍGUEZ