jueves, 3 de mayo de 2018

Prensa: freno y contrapeso al poder



«Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión».
Art. 19,  Declaración Universal de los Derechos Humanos

Quienes lucran del poder,
aquellos que han hecho del poder,
el espacio ideal para ganar dinero,
sin ningún límite o limitación,
requieren que el electorado,
y que todos los ciudadanos,
vivan en la ignorancia,
que se encuentren lejos,
de la verdad y de los hechos
y que crean que las mentiras,
que cuentan todos los días,
son la realidad que entra por los ojos
y también por los oídos,
y se instala en la mente ignorante,
que se adormita fácilmente,
ante la mentira que oye diariamente.

Olvidamos por completo,
que la información es un derecho,
que como otros,
es fundamental para la vida.
¿Cómo tomar decisiones,
si la información es ahora
una suerte o una mezcla
de mentiras y medias verdades,
lo que al final resulta,
una mentira interminable?.

El ejercicio de la prensa,
del hecho de informar,
de opinar, de ayudar a guiar
a la formación de un criterio personal,
sobre una realidad,
de la cual hay cientos de visiones,
es un ejercicio puro de derecho humano.
Los ciudadanos deben actuar,
cuando se sepan verdaderamente informados.
Todo acto,
todo hecho,
que elimine este derecho,
atenta contra la propia humanidad.

Por ello,
el poder, en su formato populista,
e incluso fascista,
es ajeno a cualquier dato o evidencia.
Nadie puede garantizar entonces,
la pureza de una fuente,
no hay datos reales,
no hay datos confiables,
lo que hay,
o lo que queda,
son datos o evidencias,
que no permiten llegar
a conclusiones certeras.

Se pierden por acto de magia,
informes e investigaciones,
sobre hechos criminales,
de los políticos en el poder.
Se maquillan las cifras de la economía,
no son confiables las estadísticas
sobre índices de pobreza,
deuda pública, desempleo,
delincuencia, narcotráfico,
tráfico de personas y corrupción.

No se trata solamente de decir,
que la prensa es libre,
que la prensa puede actuar con libertad,
se trata de garantizar,
que las fuentes de información,
que las instituciones de servicio público,
que las instituciones del estado,
puedan contribuir con datos
e información honesta,
y de esa manera evitar,
que la corrupción
y las mafias del poder
afecten a la información
y a labor de la prensa en general.

Porque el poder necesita contrapesos,
porque el poder no puede creerse
dueño de la información y de los medios,
dueño de la verdad y de los ciudadanos,
dueño de las acciones y de las instituciones.

El poder tiene un mandato y es el de servir,
y parte de ese servicio
es la capacidad de transparentar su ejercicio,
de permitir que se investigue y se pregunte
por lo que pasa en cada institución,
y con cada funcionario.

Siempre que sea para informar,
siempre que sea para mejorar,
siempre que sea para equilibrar,
la presa debe actuar con libertad,
con ética y honestidad,
para responder al derecho de informar.
Por ello la prensa,
debe imponerse la obligación
de actuar con ética y honestidad,
porque lo que calle la prensa,
porque lo que la prensa permita,
en beneficio del poder,
será el afectar
ese derecho humano a informar,
a estar informado y a actuar,
de acuerdo a esa información.

Labor compleja y molesta,
la de ser freno y contrapeso,
pero a la vez,
labor altiva y vital,
en el ejercicio del poder,
que debe entender
que está al servicio de la sociedad,
y no que la sociedad está a su servicio.

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