viernes, 23 de septiembre de 2016

Ejércitos civiles

Las armas son instrumentos para matar y los Gobiernos permiten que la gente las fabrique y las compre, sabiendo perfectamente que un revólver no puede usarse en modo alguno más que para matar a alguien.
Giovanni Papini
Me resisto a creer,
que aquellos que se dicen demócratas,
que juraron la constitución,
que representan el voto popular,
que tienen como misión
el buscar el bien común,
crean que formar ejércitos civiles
sea una forma adecuada
de construir la democracia.

No puedo creer,
me resisto a creer,
que haya por allí
alguna mente y persona
que diseñe la estructura y la forma
que permita que los ciudadanos
reciban armas en sus manos
y se entrenen para disparar
en contra de sus propios hermanos.

Nada justifica, nada,
un argumento que diga
que las armas en manos civiles
son garantía de la democracia,
son la forma de defender al líder,
son la garantía de una mal llamada paz.
Quien así piensa, quien así obra,
no tiene espacio en democracia,
no entendió nunca
que la contraposición de las ideas,
la libertad de la palabra,
la tolerancia,
la educación liberadora,
son las formas de construir la convivencia,
la sociedad, el presente y el futuro.

Mi arma es la plegaria muda,
decía Gandhi,
cuando escuchaba a otros decir
que las armas son la respuesta adecuada.
La plegaria muda,
-agregaría yo-
que se acompaña además
con la acción fecunda,
que no es otra cosa más
que el ejemplo cargado
de buenas costumbres, moral y ética.

La historia reciente,
nos muestra
las dolorosas verdades
de gobiernos que entregaron armas
a sus sociedades.
y donde todos los días,
sin que medie un segundo de paz,
personas que antes,
caminaban juntas sin más ni más,
hoy se disparan a matar
seducidos por la voz y el mensaje
de un poder que logra
a través de las armas,
tomar por asalto las libertades,
aniquilar la esperanza,
adormecer la protesta,
fortalecer al poder en el poder,
y detener por completo
la vida de millones de inocentes
que aunque vivan,
siente que su corazón ha muerto.

No hay nada más silencioso
que la boca de un cañón cargado.
Si se arma al pueblo,
¿se busca quizá el silencio del miedo?.
Me resisto a creer,
que haya alguien que se llame demócrata
y que con dinero público
diseñe un sistema que permita
organizar ejércitos civiles.

La democracia se defiende sola,
cuando los elementos que la componen
son sanos, fuertes y firmes:
soberanía popular, participación,
pluralismo, consenso,
principio flexible de mayoría,
respeto a las minorías,
garantías de oposición política,
principio de reversibilidad,
división, control y responsabilidad del poder,
régimen de opinión pública,
primacía del derecho,
y tantos, cuantos nos permitamos tener,
siempre que eduquemos en libertad,
siempre que valoremos a la humanidad
y respetemos sus derechos,
siempre que trabajemos juntos
por el ideal común,
dentro de las diferencias y complejidades

que nos componen y nos hacen pensantes.

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