La paz no es ausencia de guerra,
es una virtud, un estado de la mente, una disposición
a la benevolencia, la confianza y la justicia.
Baruch Spinoza
Siento a Colombia cercana,
es nuestra hermana,
es parte de nuestra vida y nuestra
historia,
es parte de nuestra tierra,
y si ella sonríe, sonreímos con ella,
y si ella sufre, la acompañamos en su
dolor.
A pesar de lo que se diga,
sobre la paz en Colombia,
me atrevo a decir,
y asumo la responsabilidad de mis dichos,
que cuando se dijo no a los acuerdos de
La Habana,
se dijo no a ciertas condiciones de los
acuerdos,
se dijo no a la creación de un estatus
que ponía a los guerrilleros
en una posición de ventaja sobre los
demás ciudadanos.
Cuando se habla de construir la paz,
de suscribir acuerdos de paz,
luego de una dolorosa guerra,
esos acuerdos no pueden, ni deben,
crear sistemas judiciales especiales
que juzguen a los asesinos bajo normas
diferentes.
Los acuerdos deben sumar,
deben ser punto de convergencia,
punto de partida para nuevos momentos de
la sociedad.
Muchas cosas pudieron haberse hecho
antes,
y a partir de ese no,
están sucediendo,
sobre todo que el gobierno negocie
con el apoyo de todos los sectores
sociales y políticos.
La paz que queremos,
es la paz que construimos,
por tanto no puede ser algo impuesto,
algo que genera inequidad,
algo que no contribuye al perdón y
reconciliación.
Porque un acuerdo de paz,
luego de una guerra,
es el sustento para construir
la memoria histórica,
y los procesos de perdón y
reconciliación,
que permitan a la sociedad,
convivir con el dolor de ese pasado,
pero sabiendo que eso no volverá,
que los responsables han pagado su culpa
y que los inocentes han podido
reconstruir su vida
y la vida de los demás.
La paz que queremos,
es la paz que construimos en el día a
día,
con acciones y con omisiones.
Si hay verdadera voluntad de paz,
los acuerdos para llegar a ella
llegarán no sin dificultad,
pero sin con la seguridad
de que todos asumen un rol,
de que los principios de igualdad y
fraternidad
permitirán vivir con libertad.
El camino recorrido,
ha sido fructífero y ha traído
beneficios,
pero hay tanto por caminar
en terrenos complejos y oscuros,
porque las mafias del narcotráfico,
y del tráfico de armas,
no dejarán de buscar
nuevos aliados, nuevos mercados,
nuevos mercenarios
para su beneficio final.
La paz que queremos,
es la paz que construimos,
que llegue pronto a Colombia,
que llegue pronto a todas las personas.
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