jueves, 8 de septiembre de 2016

Siempre es tiempo de alfabetizar

La alfabetización universal debía educar al hombre llano para que pudiera someter a su entorno. Tan pronto como pudiera leer y escribir, dispondría de una mente preparada para gobernar. Así rezaba la doctrina democrática. Pero en lugar de una mente, la alfabetización universal ha brindado al hombre sellos de goma, sellos de goma tintados con eslóganes publicitarios, con artículos de opinión, con publicaciones científicas, con las banalidades de las gacetillas y los tópicos de la historia, pero sin el menor rastro de pensamiento original.
Eduard Bernays

Alfabetizar,
no es solamente enseñar
a escribir unas palabras o unas frases,
a leer unos textos,
es, sobre todo,
enseñar a pensar,
el por qué se escriben esas palabras,
el por qué se escriben esos textos,
y cuál es la motivación
de un determinado texto,
que se pone frente a nuestros ojos,
y que nos provoca una serie de pensamientos.

De nada sirve alfabetizar para adoctrinar,
es como recortar
las raíces de un árbol
para que no crezca.
El poder en el poder
nos quiere analfabetos,
nos quiere sumisos,
nos quiere ignorantes,
nos quiere dormidos,
quizá adormitados,
pero jamás pensantes,
y jamás deliberantes.

Mientras los analfabetos,
sean la mayoría
el poder en el poder
seguirá arriba,
dominando el mundo,
dominando nuestro mundo,
dominando los días,
y las noches mientras duermes.

Pero… me dirán,
“yo no soy analfabeto”,
yo sé leer y también escribir.
Las preguntas serían entonces:
¿qué lees?
¿qué escribes?
¿a quién lees?
¿a quién escribes?
y luego de eso
¿qué es lo que crees?...
quizá ¿lo primero que lees?.

Cuidado con convertirnos,
en seres dominados
por un discurso bonito,
por unas palabras rebuscadas,
por un discurso que manipula,
que enajena y domina,
y que busca sobre todo,
evitar que pienses, analices y decidas,
lo que del corazón te nace,
lo que  la razón te motiva.

No se trata de leer o escribir,
siempre es tiempo de alfabetizar,
de leer el pasado
y escribir el futuro,
porque de otra manera,
cuando menos lo esperas
la realidad de tus ojos
es la que te pintarán otros,
y vivirás en un mundo
que no es real,
que no es verdad,
pero que creerás que así es
y actuarás y defenderás
algo que solamente existe en tu mente
y que es la falsa realidad
del dios de barro,
que acomodado en el poder
te dice qué leer,
qué escribir y qué opinar.

Es tiempo de alfabetizar,
como un derecho humano
a reclamar la oportunidad
de poder pensar,
de poder analizar,
de poder criticar,
de poder construir,
de poder apoyar,
pero no porque así te lo venden,
te lo imponen y te lo disponen,
sino porque nace de ti,
de tu necesidad de trabajar por ti

y también por los demás.

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