jueves, 4 de junio de 2015

Siete mil millones de sueños. Un solo planeta. Consume con moderación (5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente)

Salvaguardar el medio ambiente... Es un principio rector de todo nuestro trabajo en el apoyo del desarrollo sostenible; es un componente esencial en la erradicación de la pobreza y uno de los cimientos de la paz.

Kofi Annan
Siete mil millones de personas,
tiene nuestro planeta,
y la cifra crece
con el pasar de los días.

Siete mil millones,
de consumidores,
de demandantes de recursos,
de tecnología,
de servicios,
que impactan en el ambiente,
que afectan a los recursos naturales,
que ponen en riesgo el equilibrio ambiental,
que atentan contra la naturaleza.

La invitación para esta celebración,
es una interesante reflexión:
consume con moderación.
Porque sin darnos cuenta,
nos convertimos,
por arte de la mercadotecnia
y de las llamadas “tendencias”
en consumidores de cosas,
que no sabemos si son necesarias en nuestra vida,
que no analizamos si las necesitamos,
que no valoramos el hecho,
de que todo lo que consumimos
tiene su origen en la naturaleza.

Mientras la curva del consumismo,
va en aumento desmedido,
crece también el desequilibrio ambiental.
La educación es entonces,
la herramienta adecuada
para cambiar nuestra conducta consumista,
para hacernos reflexionar
sobre el hecho
de estar conscientes de lo que consumimos,
de estar conscientes de que el consumismo
genera caos ambiental.

Siete mil millones de consumidores,
a los que debemos llegar
con un mensaje de paz ambiental:
reflexionar sobre lo que consumimos,
reflexionar sobre nuestras costumbres,
reflexionar sobre un cambio.

Educación dijimos hace poco,
educación que empieza en  casa,
que empieza por uno mismo,
y que luego se traslada a la familia,
al barrio, a la escuela, a la ciudad.

Educación ambiental,
que es a la vez Educación para la paz,
porque pensar en ser mejores personas,
pensar y actuar en beneficio social,
pensar, actuar y educar para una democracia activa,
nos debe transformar en personas con solidaridad.

Hay un solo planeta,
hay una sola vida,
lo que hagamos o dejemos de hacer,
quizá no nos afecta,
ni nos llegue a afectar,
pero ¿y las generaciones que vienen detrás?,
es injusto y violento no pensar,
en todos los demás,
en el prójimo, en el mundo,
en el futuro de todos.

Siete mil millones de personas:
no importa si el cambio positivo,
empieza por una persona,
que con su ejemplo educa
a otra personas, a otras personas,
que con el tiempo, se convierten en cientos.

Lo que pasa es que aún no creemos
de lo que somos capaces de hacer
cuando nos lo proponemos.

Podemos dejar el pasar el tiempo,
y pensar que nada pasa,
o actuar con responsabilidad
para poder cambiar un mundo,
en el que vivirán otros,
en una tierra…

que hemos habitado todos.

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