jueves, 18 de junio de 2015

Inconforme

Sin libertad de pensamiento, la libertad de expresión no sirve de nada.
José Luis Sampedro
Estar inconforme,
es una actitud de desacuerdo
-en especial-
con situaciones o decisiones
sociales o políticas,
que han sido impuestas
y que se consideran injustas.
Estar inconforme,
es no estar de acuerdo
con una serie de valores establecidos
por un gobierno o un gobernante.

Es disconformidad,
con la forma de hacer política,
con la forma de gobernar,
de ordenar un estado y su sociedad.

Inconforme,
porque a la democracia
le siguen faltando partes esenciales
como la división de poderes,
la rendición y exigencia de cuentas,
control de gasto público,
libertad de expresión
y sobre todo bienestar social.

Inconforme,
porque quien lo está,
es tildado de opositor
y amante de viejas y rancias
prácticas politiqueras
asociadas a una clase política
que nadie quiere que regrese,
pero que poco importa,
si estás informe
te tildan de opositor y punto.

Inconforme,
por la falta de oportunidades
y también de facilidades
para generar empresa y riqueza,
para dar mejores y mayores
fuentes de trabajo para todos.

Inconforme,
con la forma de dividir a un país,
entre supuestos buenos y supuestos malos,
entre ricos y pobres,
entre verdes y rojos,
sin reparar siquiera,
en que el lenguaje de la violencia
genera mas violencia.

Inconforme con una clase política,
que no forma a sus bases,
que se conforma con un papel de víctima,
de oposición por oposición,
sin proponer ni generar nuevas opciones
ni de gobierno, ni de gobernar.

Inconforme,
porque los poderes púbicos,
han perdido el norte,
han perdido la esencia,
han perdido el sentido,
de lo que es el servicio,
de lo que es su oficio.

Inconforme,
porque no sabemos el costo real
de la deuda externa,
ni por cuantos años deberemos pagar
lo que hasta ahora ha gastado el Estado.

Inconforme,
porque he perdido la cuenta
de los ministerios y oficinas públicas
que ha creado el poder para poder gobernar.

Inconforme,
con un discurso permanente de odio y división,
que habla de un oscuro pasado,
y de nuevos días de gloria,
cuando llevamos años,
del poder en el poder,
y la realidad es como es.

Inconforme,
porque hablamos de dialogar,
de los “labios para afuera”
pero no podemos tolerar,
que nos digan que lo hicimos mal,
que nos equivocamos,
que debemos rectificar.

Inconforme,
con la intolerancia social,
que cree haber encontrado en la violencia

el remedio para todo mal.

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