jueves, 15 de enero de 2015

Intolerancia sin límites

No me gusta la palabra tolerancia, pero no encuentro otra mejor. El amor empuja a tener, hacia la fe de los demás, el mismo respeto que se tiene por la propia.
Mahatma Gandhi
Tras la muerte de tanta gente,
en México, en Nigeria, en Francia,
y en otras partes del mundo,
la palabra intolerancia,
viaja de boca en boca.

Las víctimas de la intolerancia,
mueren en las calles y en los campos de batalla,
a manos de asesinos a sueldo,
que argumentan actuar en nombre del algún dios.

Las víctimas de la intolerancia,
son encarceladas por pensar en contra
del poder en el poder,
por denunciar la corrupción del poder en el poder,
por desconocer el poder del dios de barro,
por escribir la palabra libertad
y por ponerla en práctica todos los días,
en cada acción de la vida,
desde lo más personal y familiar,
hasta lo laboral y social.

Las víctimas de la intolerancia,
crecen en la ignorancia,
porque el intolerante
porque los intolerantes
desarrollan una pedagogía de la violencia,
que enseña a odiar,
que enseña a hacer daño,
que enseña a que todo lo diferente es malo,
que enseña a creer
que si otros piensan en contrario
deben ser callados,
no importa de qué manera.

La intolerancia sin límites,
se encuentra en tantas actitudes de la vida,
de manera silenciosa y callada,
entra en mentes y corazones,
y triunfa,
cuando la violencia llega
sembrando terror, miedo y dolor.

Porque la intolerancia es aliada del poder,
de ese poder que desea permanecer toda la vida,
para organizar y disponer
la manera de pensar, de vestir, de hablar
de adoctrinar en la intolerancia.
La intolerancia y el poder,
diseñan juntos
modelos sociales de comportamiento,
modelos económicos,
sociológicos y psicológicos,
en una suerte de preguntas y respuestas
de por qué hacer caso
al poder intolerante y servirlo
con la vida y con la muerte
cuando te lo pidan.

Las víctimas de la intolerancia,
ingresan a una especie
de callejón sin salida,
y cuando pretender abrir sus ojos,
es el poder en el poder,
a través de la intolerancia
el que le dispone que ya nos posible:
pensar, opinar, analizar, hablar o actuar,
porque la intolerancia
piensa por ti,
opina por ti,
analiza por ti,
habla por ti
y actúa por ti.

La intolerancia sin límites…
aunque deberíamos saber,
que nosotros solos y juntos,
podemos poner límites a la intolerancia

y sembrar semillas de paz.

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