jueves, 8 de noviembre de 2012

La ciudad del olvido


"Decir, suele ser señal de no hacer; como ladrar, lo es de no morder"
Refrán popular

No es posible,
sentar a quienes,
recibieron el mandado
de trabajar por la ciudad,
de cumplir la promesa
de mejorar la realidad.

De todo hemos escuchado,
que a algunos no les hacen caso,
que otros son la mayoría,
que unos si trabajan,
que otros son unos vagos,
que a unos si les importa
pero no pueden hacer nada,
que a otros les da igual,
porque están ahí, por estar.
Esa es la triste realidad,
de un cabildo que dedica su tiempo
a construir una ciudad del olvido.

Nada importa ya,
la promesa electoral,
o si la ciudad está sucia o limpia,
o si el agua llega pura o contaminada,
o si las calles están sucias,
o si la imagen de la ciudad
es un tema que no se merece tratar.

Nada importa,
y se pierde de a poco
la identidad de la ciudad,
perdemos también
el espíritu ciudadano,
sin dejar las diferencias a un lado
afectando
a una ciudad
a una sociedad
por las que se debe trabajar.

La ciudad del olvido,
es la ciudad olvidada,
donde se impone la palabra
donde la concertación es un fantasma.
La ciudad del olvido,
tomada por asalto
por los hijos del caos,
que hacen y deshacen
sin importar siquiera
que éste presente
es la antesala
del futuro de su propia gente.

La ciudad del olvido,
que no ha podido
hacer frente común
a las inclemencias del tiempo,
a la basura, a la venta informal,
a la mediocre obra pública,
a las palabras y palabras,
que se dicen todos los días
como justificativos,
insultos o amenazas
de una gestión pública
que de gestión no tiene nada.

La ciudad del olvido,
habitada por unos hijos,
que a veces se animan a decir
a proponer, a reclamar,
pero, que con el tiempo
se contagian de esa misma enfermedad:
dejar hacer, dejar pasar.

La ciudad del olvido,
que solo se limpia,
que solo se arregla
en tiempos de campaña,
para convencer, para pedir,
para rogar, para exigir,
un voto que le permita al poder
seguir haciendo nada.

La ciudad del olvido,
que con los años
se convierte en un pueblo fantasma,
cumpliendo el fatal vaticinio
del poeta cuando dijo
que seres extraños
la habitan y la habitarán.
Extraños porque
no la sienten como suya,
a la tierra más linda de la tierra,
hoy… la ciudad del olvido.

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