viernes, 24 de agosto de 2012

Sobre el asilo político y otras libertades


Yo no digo que todos los hombres sean iguales en su habilidad, carácter o motivaciones, pero sí afirmo que debieran ser iguales en su oportunidad para desarrollar el propio carácter, su motivación y sus habilidades

La agenda nacional e internacional,
se ha visto copada con un tema importante:
el asilo político que el país otorgó
a un ciudadano extranjero
que aducía el temor de ser juzgado
con la pena de muerte
por uno de los países
más poderosos del planeta:
Estados Unidos de América.

Este ciudadano,
había desarrollado un proyecto
que logró obtener información clasificada,
es decir, información reservada,
de conversaciones y decisiones,
de varios funcionarios de distintos países,
entre ellos el norteamericano,
que dejaban al descubierto
una serie de hechos complejos,
en torno a las actuaciones norteamericanas,
en relación a varias democracias
o gobiernos latinoamericanos y del mundo.

Este ciudadano hizo pública esa información,
la compartió con diversos medios de comunicación
en todo el mundo,
y no se si la vendió, la regaló, o la negoció por algo,
incluso en el Ecuador,
medios privados,
ajenos al gobierno,
fueron los depositarios
de esta información importante.

Este ciudadano,
dejó al descubierto
muchas de las actuaciones
y acciones secretas
de la diplomacia norteamericana,
hecho que le valió de inmediato
la molestia y el descontento
del gobierno norteamericano,
que dejó entrever
la posibilidad de solicitar
su enjuiciamiento.

Más sucede que en medio de todo esto,
este ciudadano es demandado,
en un país Europeo,
por un delito de carácter sexual,
acusado por una ex colaboradora suya.
El juicio se inicia,
y cuando llega el momento
de solicitar su arresto,
el ciudadano indicado
le pide al gobierno ecuatoriano
asilo político,
porque teme por su vida,
porque si es arrestado,
existe gran posibilidad
de que el gobierno norteamericano
pida su extradición
para juzgarlo y matarlo.

El gobierno ecuatoriano
analiza el pedido,
y acepta el asilo,
argumentando principios
relacionados con la libertad de expresión,
los derechos humanos,
el respeto a la soberanía de los pueblos,
la tolerancia,
la dignidad, la honestidad,
la igualdad y el derecho a la vida.
Hizo además, una crítica a los sistemas jurídicos
de los países que juzgan a este ciudadano,
puso en tela de duda
la palabra y la neutralidad de los jueces en el extranjero
y declaró que en nuestro país
la libertad de expresión
y el respeto a los derechos humanos
son la impronta del gobierno
y de sus funcionarios.

Más allá de la polémica internacional
y de sus consecuencias,
que con el tiempo se verán
en su real magnitud,
me quisiera quedar
con las afirmaciones del Canciller
del gobierno nacional,
porque ellas son una afirmación,
una declaración de principios
de no deben quedar solo en el papel,
o en el momento mediático,
o servir solo para los extranjeros.

Las libertades,
los derechos humanos,
la libertad de expresión,
el derecho a disentir,
el de hacerlo sin violencia,
es para todos,
es derecho y obligación de todos.

Las declaraciones del canciller
del gobierno nacional,
se contraponen a varias de sus acciones,
al descrédito permanente
a la provocación permanente
al lenguaje violento
que usa el gobierno
para criticar y deslegitimar
a una prensa que,
si bien puede no ser la mejor,
es parte de la libertad de expresión.

Libertades si,
no libertinajes,
libertad de expresión,
medios de comunicación libres,
al servicio de la información
y no al del poder y sus esbirros.

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