jueves, 30 de agosto de 2012

La feria, nuestra feria


Porque la verdadera tradición no emana del pasado, ni está en el presente, ni en el porvenir; no es sirviente del tiempo. [...] La tradición no es la historia. La tradición es la eternidad.
Alfonso Rodríguez Castelao
Llega la feria,
el tiempo de disfrutar
de una tradición antigua,
de viejas y queridas costumbres,
que cuando uno crece,
que cuando uno está lejos
las extraña,
como extraña las cosas amadas.
Es recordar el pasado,
que es a la vez cimiente
del presente que se vive,
y de un futuro incierto
que no sabremos si llega,
que nos sabemos… si será nuestro.

Esa es la feria,
la feria de la ciudad,
creada por el Libertador,
y vivida por cientos de miles
que han pasado por sus puestos,
por sus espacios,
por sus lugares,
la feria del pueblo,
la feria popular,
donde vas a comprar,
donde vas a compartir,
donde vas a caminar y a mirar,
donde se suponen
viven las tradiciones.

Y en medio de todo esto,
de estos pensamientos añejos,
me preocupa que la feria,
no crezca en calidad,
en oferta de mercaderías,
en oportunidad para que la ciudanía
pueda encontrar productos
de buena calidad y bajos precios.
Me preocupa que la feria,
se convierta en un concepto
que se limita solamente al comercio
a un comercio local
que se traslada por un tiempo
a unos locales desordenados
a unos espacios insalubres
a unos espacios inseguros.

Me preocupa que la feria,
por ser llamada popular
no garantice la seguridad
de todos quienes la visitan.
Y hablamos de seguridad
en todos los sentidos,
seguridad de los ciudadanos,
seguridad de la calidad de los productos,
seguridad de un precio justo,
seguridad de una oferta ética,
seguridad de unas instalaciones
que no conlleven riesgo
para las personas y sus vidas.

Me preocupa que la feria,
que nuestra feria
deje de lado la tradición culinaria,
la tradición agropecuaria,
la tradición natural
de esta tierra,
la más linda de la tierra.

Las ferias son por esencia,
encuentros populares,
espacios de distracción,
lugares de diversión,
rescate de tradición,
y por qué no,
espacios donde la innovación se hace presente.

Comercio justo,
seguridad ciudadana,
sano y familiar esparcimiento,
cuna de la tradición y el comercio,
oportunidad de mejora y de cambio,
esa es una feria,
donde la ciudad se muestra toda,
donde la ciudad invita a otros
para que compartan con ella
lo mejor para los ciudadanos.

¿Es esa la feria?
¿es esa nuestra feria?,
juzguemos,
pero sobre todo…
actuemos. 

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