viernes, 4 de julio de 2008

a Ingrid


Dejas atrás la cárcel maldita,
dejas atrás la mano que secuestra,
dejas atrás parte de tu vida,
dejas al monstruo,
sangrar por la herida.

Y naces de nuevo
y ves la vida con distinta medida,
te das espacio para el perdón,
pides perdón a la persona herida.

Es una luz, la libertad anhelada,
un renacer, un regalo de Dios,
parecías perdida.
Ilumina tú a los que necesitan,
hazles saber que la ilusión
nunca termina.

No hay comentarios: