viernes, 28 de junio de 2024

Sobre la inocencia

¿Qué edad hay mejor que aquella en que las dos mejores virtudes,

la alegría inocente y la necesidad de amar,

eran las dos ruedas de la vida?

León Tolstoy

El día es luminoso y cálido,

y una dulce niña

descubre en ese día,

el momento perfecto

para recrear un mundo,

de luces y colores,

de agua, risas y alegrías.


Su inocencia le permite,

construir mundos

que la alegran.

Le basta su inocencia,

para ser feliz

en su espacio,

con sus pensamientos,

sueños y acciones.

Algo se rompe al crecer,

algo de daña o algo se olvida.

Uno de esos “algos”

es la inocencia,

entendida ésta

como aquel actuar,

que está libre

del deseo de causar el mal.


Crecer nos lleva,

en algunos casos,

a dejar de creer:

en la gente, en las acciones,

en las personas,

en las intensiones.

Incluso a dejar de creer

en nosotros mismos,

en nuestras propias capacidades,

sueños, virtudes y posibilidades.


Recuperar la inocencia,

podría convertirse,

en un ejercicio de vida

que nos lleve a entender,

que si bien hay maldad

en personas y en acciones,

ello no nos debe llevar

a convertirnos

en aquello que criticamos

y decimos combatir.


Creo que con inocencia,

las acciones recobran

el sentido de lo humano,

la esencia de la buena fe,

el hacer y decir las cosas

desde el corazón

sin otra razón 

que la razón misma.


Que la búsqueda de la inocencia,

y su uso constante y común

nos lleve a su puerto,

pues la necesitamos con urgencia.


jueves, 20 de junio de 2024

Y tus sueños… ¿qué?

¡Sueña! Pero no perjudiques a nadie y no transformes tu sueño en fuga

Charles Chaplin

Como en todo,

como de todo,

de los sueños 

se dicen cosas…

malas y buenas.


Que soñemos despiertos

o, que cerremos los ojos,

para ver los sueños.

Que los sueños son el motor,

o que los sueños son

un agitado tiempo perdido.


Creo que,

si encontramos la razón

de tener un propósito

o propósitos en la vida,

es porque soñamos.


Creo que, 

si logramos encontrar,

la inspiración

y la fuerza necesarias,

para empezar

a mover nuestras piernas

hacia alguna dirección,

-conscientes de ello-

es porque hay sueños,

pendientes de cumplir.


Ahora,

no basta con tener

aquel hermoso anhelo,

aquel hermoso sueño,

es necesario y saludable

una generosa dosis

de responsabilidad 

con nosotros mismos,

y nos tendremos que preguntar

si ese sueños

si esos sueños

nos llevarán

con el tiempo,

a esa realidad

a la que esperamos llegar,

o, al menos caminar,

en dirección tal,

que el sueño, el propósito,

el hábito, la acción,

sean los pilares

de aquello que podríamos llamar

proyecto de vida.

No es entonces,

soñar por soñar,

llenándonos de deseos,

si más.


Es alimentar al sueño,

con pequeñas, 

pero constantes dosis

de acciones, decisiones,

correcciones, reflexiones,

y conversaciones.


No sé si llegue a ver

mis sueños hechos realidad.

Por ahora, 

creo que entender mi 

o mis propósitos de vida,

será el inicio del camino.


¿Y… si el mundo acaba mañana?

No quisiera,

que ese momento me encuentre,

quejándome por no poder

hacer realidad mis sueños.

Quisiera que me encuentre,

caminando, lento o rápido,

con dificultad o con tranquilidad,

en ese ejercicio de llevar mis sueños

de la mano de los aprendizajes,

que me brindan los días

que dedico a transformar los sueños

en pequeñas realidades.


viernes, 14 de junio de 2024

Tu camino, tu destino

La disciplina es elegir entre lo que quieres ahora y lo que más deseas

Abraham Lincoln

Hay momentos en la vida,

en los que sentimos 

que no sabemos a dónde vamos.


Muchos esfuerzos,

se invierten en los destinos,

y no siempre aquel destino

resulta ser lo que buscábamos,

lo que anhelábamos

y lo creeríamos que fuera.


Todos venimos 

de algún lugar,

del algún tiempo,

de alguna historia.

Ello debe, o debería marcar,

el a dónde vamos,

a dónde queremos ir,

y de qué forma 

podemos hacerlo.


Tomar la decisión

de seguir,

podría ser lo más importante

incluso más 

que el propio destino en si.


Entonces decides caminar,

no arrastrar los pies,

si no caminar.

Esa decisión comporta

dos acciones

que pueden marcar tu vida…

para siempre:

hábitos y determinación.


Más allá de dónde te encuentras

y por qué te encuentras allí,

el reto es aclarar lo que más deseas

y a dónde eso te debe llevar:

¿qué necesitas?, ¿en qué medida?,

¿cuántas veces?, ¿por cuánto tiempo?


Las respuestas siempre,

tendrán que ver con hechos,

acciones, pensamientos, personas,

momentos, lecturas y comportamientos,

que, a su vez

tendrán que ver con los hábitos

y la forma de construirlos dentro de ti…

y para ti.


Más allá de los días alegres o tristes, 

no puedes detenerte, ni bajar los brazos.

Llorar, ajustar, reflexionar,

volverlo a intentar, 

cuidar y confiar en uno mismo,

dar forma poco a poco al hábito

con delicadeza y determinación,

hará que el camino, tenga sentido,

y destino en sí,

sea parte de nuestros deseos.


Nota final:

No olvides reir,

aprender a errar,

amar con fuerza,

descansar con frecuencia,

e intentarlo

hasta que te salga bien.


jueves, 6 de junio de 2024

Sobre los entornos

La vida no va de encontrarse a uno mismo, sino de crearse a uno mismo

George Bernard Shaw

Has vivido, 

vives y vivirás, 

situaciones 

cuyo entorno es ajeno,

no depende de ti.


Los entornos son eso,

una suma de personas,

hechos, momentos,

decisiones,

palabras, gestos y tiempos,

en los que estamos:

como ocasión,

como convicción,

como decisión,

o por obligación,

por coincidencia,

por historia,

por legado,

por accidente,

y por tantas cosas más.


Esos entornos 

pueden ser

tan hermosos

y paradisíacos,

que no queremos que acaben nunca.

O, pueden ser,

entornos cambiantes,

que al final,

da igual estar o no estar.

O, son también,

entornos complejos,

violentos, agobiantes,

sofocantes,

inhumanos e indignos.


Disfrutarlos,

combatirlos, 

intentar cambiarlos,

tratar de entenderlos,

criticarlos y ajustarlos,

nos puede llevar toda una vida:

eso es lo que nos rodea.


En el otro lado,

de aquella moneda

llamada vida,

conviene preguntarse,

-si esto es lo que me rodea-,

¿de qué me rodeo yo?

que tengo la maravillosa oportunidad

de tomar la decisión -o no-

de buscar,

comprender, aprender,

escoger,

sembrar, cultivar,

y sentar junto a mi,

aquellos claves elementos

de los que me rodeo

para poner como contrapeso

a ese entorno 

con el cual me enfrento

en todo momento.


Hacer una lista 

de aquello que has escogido,

como tu propio entorno,

y de lo que te falta escoger,

mientras caminas

en medio de lo que te rodea,

y que te viene de fuera,

podría ser,

una productiva forma,

de hacerte el bien.