No hay función en la vida más esencial y eterna que la de la maternidad
M. Russell Ballard
Pienso en maternidad
y viene a mi mente
la imagen de la madre amada.
Una imagen cargada
de momentos y recuerdos,
de vivencias y sentimientos.
Pienso en maternidad
y siento que eso,
la madre hereda a una sociedad.
Lo materno lo relaciono
con la pureza del amor del bueno,
con la preocupación por el bienestar,
por el cuidado y por la bondad.
Lo materno lo entiendo
como aquello que acoge,
como aquello que protege,
como aquello que llena,
como aquello que se ama.
Lo materno es,
ese aprendizaje
en principio imperceptible,
otras cansino,
y para siempre añorado,
del saberse amado,
a pesar de las circunstancias.
Lo materno es,
una permanente invitación
a intentarlo a pesar de la equivocación.,
a aprender de la vida,
a ensayar con el corazón en la mano
eso que jamás hubieras imaginado.
Lo materno es,
acompañar con lágrimas el llanto,
con abrazos el dolor y el amor,
con palabras la desesperanza y la necesidad,
con recetas el hambre y la enfermedad,
con miradas la molestia y el amor.
Lo materno es,
un salto al vacío
con la fe de un vuelo
que terminará en el cielo.
Lo materno deja de ser,
potestad de la madre
cuando lo entrega y regala
a quien asume su legado
amando, cuidando, educando,
protegiendo, empoderando,
acompañando y haciendo digno,
a cualquiera que lo necesite,
en el transcurso de su camino.
Lo materno está entonces,
tanto en la tierra, como en el cielo.
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