Un hogar no es un edificio, ni una calle ni una ciudad; no tiene nada que ver con cosas tan materiales como los ladrillos y el cemento. Un hogar es donde está tu familia, ¿Entiendes?
John Boyne
Esta es la historia
de una familia,
que tenía todo para ser feliz,
para construir una vida
y que poco a poco,
hizo todo lo contrario.
Como toda familia,
estaba constituida
por diversas personalidades,
por diversos caracteres,
por diversas visiones.
En un principio
fueron felices,
o lo creyeron ser.
El paso de los años
puso de manifiesto
que los padres de esa familia
hacían todo lo contrario
a lo que decían ser.
Asumieron que el respeto
se ganaba a través de gritos
de maltratos y amenazas.
Creyeron que el principio de autoridad
venia implícito y que todos al final
debían bajar la cabeza
y obedecer sin entender.
Muerto el respeto
en esa familia,
llegó para quedarse
la ambición individual.
Ya nadie se preocupaba por el otro,
cada uno buscaba lo suyo.
Si había comida,
se la comía el primero que llegaba,
sin reflexionar si los otros
habrían comido.
Y así en general,
con todas las cosas.
Aquello ya no era una familia,
aquello ya no era un hogar,
era una especie de infierno,
en donde vivían los que tenía miedo,
los que eran indiferentes,
los que tenían el interés de heredar algo
y los que disponían de todo.
Triste historia la de esta familia
que puede parecerse,
a la historia de un país,
que ha olvidado que es una familia,
que ha olvidado que es un hogar
y que camina peligrosamente
a una desintegración total.
Esta es la historia de un país
que perdió el sentido común
y los fundamentales valores de la convivencia.
Es la historia de un país,
que no piensa como familia,
que no se ve como un hogar.
No es necesario que pensemos todos igual,
no es necesario que todos tengamos
las mismas convicciones religiosas
o las mismas ideas políticas.
Es necesario y fundamental,
creo yo,
que todos nos miremos como una familia,
nos comprendamos como seres humanos,
nos eduquemos, nos ayudemos,
nos ordenemos, sabiendo que juntos
saldremos adelante
y le haremos frente
a los peores tiempos.
Caso contrario,
caminamos de lleno
a la desintegración de una familia
que un día fue un hermoso sueño
y hoy parece ser la peor pesadilla.
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