Si la pasión te empuja, deja que la razón lleve las riendas
Benjamin Franklin
Hay una peligrosa inercia
a vivir la vida por vivirla,
a levantarse y hacer las cosas,
porque hay que hacerlas.
A acostarse en las noches,
sabiendo que el mañana,
es la repetición de un
eterno siempre.
Otra de las inercias
que se acomodan
silenciosamente en la vida,
es caminar por donde nos digan.
Es hacer lo que nos disponen,
es actuar como nos piden,
es ser, como se supone,
que debemos ser.
sin cuestionamiento alguno,
sin reflexiones,
sin ideales,
sin metas,
sin rupturas,
sin cambio alguno.
La forma que conozco
de caminar por la vida,
es descubrir, alentar
y promover la pasión
por lo que haces.
Porque eso que te da la fuerza
y la inspiración
para crear y vivir.
Es probable,
que de inicio no la veas,
o no la sientas.
Debes darte la oportunidad
de descubrirla por ti mismo.
Es hacer lo que te toca hacer,
de otra forma,
de miles de formas posibles.
Es hacer que tu cerebro
y tu corazón vuelen al infinito.
Es hacer de algo sencillo
un momento maravilloso.
Incluso,
me atrevería a decir
que es atreverse
a no hacer lo que no quieres hacer
y buscar otros momentos
espacios, lugares,
personas y sentidos.
¿Quién dice
que no lo lograrás?
Eso si, cuidado,
que esa pasión
se refleje
no en tus palabras
sino en tus hechos
en tus creaciones,
en tus ideas,
en tus ejecutorias,
Pero, sobre todo,
que sea tu alimento,
que te haga bien,
que te haga feliz,
así sea por pequeños momentos.
En ese camino,
el reto será,
sumarle un ingrediente
que creo fundamental: la razón.
Pasión y razón juntas,
evitarán que te des un golpe mortal.
De los golpes de la vida,
nadie se libra.
Pero con pasión y razón,
los golpes serán,
para mejor.
Pasión,
así sea en el acto,
en el momento y en la acción,
más sencilla e imperceptible,
de tu hermosa vida.
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