Sé feliz allá dónde estés y recuerda
que algún día volveremos a abrazarnos.
No hay palabras…
ni las habrá,
que puedan describir
el dolor de la
muerte
de a quien diste
la vida.
Nada calmará el
dolor,
nada volverá a
ser igual,
todo se
transformará,
como se transformó
el:
de un ser
terrenal,
a un ángel celestial.
¿Qué le dices a
un padre,
que llora la
muerte de su hijo?
¿Qué le dices a
una madre,
que no puede detener
el dolor
de ver a su hijo
muerto?
No se puede decir
nada,
solamente abrazar,
abrazar su corazón
y su alma,
y construir una
oración
que sea como el
abrazo de Dios,
que brinde poco a
poco,
la fuerza para sobrellevar
el dolor.
1 comentario:
En éstos momentos en la tierra sólo el silencio habla como expresión del dolor y pena por un ángel que se marchó... En el cielo hay fiesta por un ángel que retorno a los brazos del Padre
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