jueves, 7 de marzo de 2019

Mujeres

“Las mujeres constituyen el único grupo explotado en la historia 
que ha sido idealizado hasta la impotencia”
Erica Jong

La idea hoy,
no es hacerle juego al consumismo,
y “celebrar” o “conmemorar”,
o “recordar” el día de la mujer,
con un detalle, una invitación,
un compartir, unas palabras de amor,
una frase de reivindicación,
un reconocimiento por su labor.

La idea quizá,
es reflexionar sobre la realidad,
entenderla, 
por más dolorosa que ésta sea,
y ubicar a cada uno de nosotros
en ese mapa que se llama vida,
en esa obra que se llama convivencia,
y asumir el rol que desempeñamos,
las cosas que decimos hacer,
y las cosas que hacemos.

De la mujer se ha dicho,
y se dirá tanto,
porque siempre habrá qué decir.
Y a pesar de los espeluznantes datos
relacionados con su maltrato,
con su opresión,
con su realidad,
muy poco se hace 
para que opere el cambio.
Pretextos hay muchos,
y cada uno justifica a otro.

Me parece que debemos celebrar
porque hay un sentido de conciencia
de la compleja realidad
de la mujer en el mundo,
en distintos entornos culturales,
políticos y sociales.
Empezamos a darnos cuenta,
que hay desigualdades,
en mayor o en menor medida,
pero las hay,
y mientras las haya,
la violencia cultural,
simbólica, estructural o directa,
tendrá espacio para reinar.
Por eso debemos celebrar:
por un estado de conciencia,
que no podemos desperdiciar.

Debemos conmemorar,
en memoria de mujeres,
y también de hombres,
que han levantado su voz,
que han actuado en favor
de una igualdad de derechos y obligaciones,
de una igualdad de oportunidades y de retos.
Que se han opuesto a la dominación,
al maltrato y a la vejación,
por el hecho de que una persona
sea  “simplemente mujer”.
Debemos traer a nuestra mente,
esas historias de lucha,
de protesta, de argumentación y reflexión.

Debemos recordar,
que aunque hay un trecho caminado,
que aunque hay una toma de conciencia,
que a pesar de este día,
6 o 7 de cada 10 mujeres,
sufren algún tipo de violencia,
o han sido violentadas.

Debemos recordar,
que la peor violencia,
es aquella que ha sido sembrada
en nuestras mentes y corazones,
aquellos detalles, palabras,
frases, acciones o inacciones,
que sentimos como “naturales”,
que no parecen violencia,
y que asociamos a cultura,
costumbre o tradiciones.

Que el detalle de este día,
a más de otros, sea el estar despiertos
ante la violencia y el desconocimiento
de los derechos de las mujeres.
Que la invitación,
también sea a respetar
y respetarnos.
Que compartamos buenos ejemplos,
buenos tratos, buenos momentos.
Que las palabras de amor
y los buenos deseos,
pasen de la palabra a la acción,
al predicar con el ejemplo.

Más allá de si regalamos o no flores,
más allá de si invitamos o hacemos regalos,
que no perdamos la conciencia,
el sentido común y la realidad que nos dice
que en pleno siglo veintiuno,
el ser mujer:
es motivo de discriminación y violencia.

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