jueves, 20 de diciembre de 2018

Divididos


Triste mundo el nuestro,
donde es más fácil dividir un átomo que unir las personas
Anónimo


Triste es la historia,
la de la política actual,
que sin pena ni gloria,
hipoteca el futuro común.

Descubrieron que la ignorancia,
que la desidia
y el desinterés popular
eran los ingredientes ideales,
para buscar, encontrar
y tomar por asalto el poder…
y no dejarlo jamás,
porque así pueden vivir,
sin tener que trabajar,
porque pueden robar,
a manos llenas,
sin que haya un juzgador,
que pueda imponer una pena,
que obligue a  esos ladrones,
a dejar de robar.

Descubrieron
que la mejor forma de gobernar,
y perennizarse en el poder
era dividir a la sociedad.
Y tal parece que lo lograron,
porque divididos estamos,
defendiendo cada uno su verdad.

Descubrieron que un electorado dividido,
es una voz sin fuerza,
es una voluntad sin convicción,
es un rebaño temeroso,
que camina por donde le dicen,
que cree lo que le cuentan,
que repite lo que le mienten.

Divididos,
así estamos,
y esto no es una crítica
a la diversidad social,
al libre pensamiento,
o a la libertad de opinión.
Es un grito contra la inercia,
contra mediocridad,
contra la mentira en todas su formas,
contra la corrupción y sus vasallos,
contra todos esos desgraciados,
que vendieron la patria,
y se robaron la plata,
y que a pesar de eso,
se desgarran las vestiduras,
cuando alguien se atreve a decirles,
que son unos hijos de puta.

Divididos,
entre los discursos del odio,
en medio de acusaciones,
de señalamientos y reclamaciones.
De los que robaron antes,
de los que roban ahora,
de los que quieren la oportunidad
de robar en algún momento,
de los que se vendieron a las mafias,
a los delincuentes
y a los vende patrias.

Divididos,
débiles y sin fuerza,
así nos preparamos,
-o mejor dicho-
así nos preparan,
los que esperan la oportunidad
de ratificarse en el poder,
o de llegar a él
para su beneficio personal,
en las próximas elecciones,
y en las próximas elecciones,
donde divididos votaremos,
sin poder visualizar
a los que buscan la verdad
de los que mienten sin parar.

Divididos leemos,
los tristes argumentos,
y las frías mentiras,
de los que se robaron todo,
y hoy se declaran mansas palomas,
dioses de barro,
que cubren su engaño,
con más mentiras
que lo único que logran,
es que vivamos divididos,
enfrentados, resentidos
y amargados.

Divididos,
mientras ignoremos,
que la educación,
es la herramienta de la liberación.
Mientras creamos
que los referentes de éxito,
son los logros materiales.
Mientras gane la miseria
y la calumnia total.
Mientras gobierne en nuestras mentes,
la creencia de que no hay nada qué hacer,
que todo está perdido,
que una golondrina…
no hace verano.

Divididos,
es doloroso sentirlo,
pero a la vez un reto,
de sabernos capaces,
de cambiar el trayecto,
de este mundo que amamos,
de este mundo que es nuestro.
Porque son más,
los buenos corazones,
las personas sinceras y honestas,
los buenos trabajadores,
la buena gente,
aquellos que buscan
y que trabajan
por un mundo mejor,
por un mundo común,
que puede convivir,
en medio de conflictos,
pero unidos,
por un ideal:
el respeto y protección
de la dignidad humana.

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