jueves, 18 de octubre de 2018

La hondura de Honduras… (sobre sufrimientos, vejaciones a impunidad)


El dinero de los países ricos viaja hacia los países pobres atraído por los jornales de un dólar y las jornadas sin horarios, y los trabajadores de los países pobres viajan, o quisieran viajar, hacia los países ricos, atraídos por las imágenes de felicidad que la publicidad ofrece o la esperanza inventa. El dinero viaja sin aduanas ni problemas; lo reciben besos y flores y sones de trompetas. Los trabajadores que emigran, en cambio, emprenden una odisea que a veces termina en las profundidades del mar Mediterráneo o del mar Caribe, o en los pedregales del río Bravo. 
"Patas arriba: La escuela del mundo al revés"
Eduardo Galeano

Cientos y cientos de personas,
emprenden el camino,
en busca de un sueño perdido.
Un sueño que asesinaron,
sus propios mandatarios,
aquellos que proclamaban
y proclaman,
ser defensores de los derechos humanos.

Dejar la tierra,
que los vio nacer,
dejar su historia,
dejar su memoria,
dejarlo todo,
y verse obligados,
a dejar su casa,
porque el Estado,
porque el mandatario,
incumplió la promesa
de trabajar por el bien común,
porque el poder en el poder,
solamente piensa en él,
en su propio beneficio,
en seguir ganando las elecciones,
en el control total,
de medios y de mentes,
en la ganancia a toda costa,
en enriquecerse sin importar,
la vida de la gente,
y el futuro de los ciudadanos.

Honduras nos muestra,
la triste cara del fracaso,
de lo que llamamos,
de forma equivocada,
democracia y estado de derecho.
Los ciudadanos,
deben huir de su propia casa,
porque han llegado al punto,
de sentir que en ella,
sus derechos no son respetados,
sus aspiraciones mueren
en el desierto de las promesas
y que su futuro se resume,
en el sometimiento
a la podredumbre de un gobierno
fruto de la corrupción.

Y cuando digo Honduras,
digo otros países
donde la promesa electoral,
llevó al poder
a unos despiadados,
que se han enriquecido,
que han vivido y viven,
de la impunidad
y de la protección de las mafias.
Que han destruido,
la vida y la esperanza,
de generaciones enteras.

La hondura de Honduras,
nos muestra lo que la miseria causa,
en las mentes de políticos inhumanos,
que cegados por el poder
y por el dinero,
destruyen la vida de sus ciudadanos,
sin importarles que huyan,
sin importarles que los acusen,
sin importarles nada,
porque su escudo es el poder
y la impunidad que compran con él.
Si a eso le sumamos,
la debilidad de un sistema
de protección de los derechos humanos,
asistimos con impotencia,
al cometimiento de crímenes
de lesa humanidad,
sin que se pueda juzgar,
a ninguno de los criminales.

Pedimos que se abran las fronteras,
pedimos que se prepare la asistencia,
para atender a miles y miles de refugiados,
a personas desamparadas,
a personas desesperadas,
que buscan una oportunidad.

Pero pedimos también,
que con esa misma fuerza
y sentimiento,
sean juzgados los criminales de estado;
aquellos, que se encuentran cobijados,
bajo el pseudónimo de
gobiernos democráticos y revolucionarios.
Porque mientras ellos se enriquecen,
se benefician del poder,
del narcotráfico y de la corrupción,
hay una sociedad que muere en vida,
y se somete y humilla,
para pedir una oportunidad nueva.

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