jueves, 12 de julio de 2018

Otro si




Nunca he cometido ningún error en mi vida; al menos,
ninguno que no haya podido justificar después
Rudyard Kipling


Hace pocas horas,
me llegó tu mensaje,
querido maestro
en forma de un poema,
donde me decías,
me recordabas
y me invitabas a reflexionar
sobre el estoicismo en la vida.

Tus palabras calaron hondo,
y fueron semilla.
Aún las leo y releo,
y las repito sin descanso:
Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor
la pierdan y te culpen a ti.
Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero también aceptas que tengan dudas.
Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no incurres en el odio.
Y aun así no te las das de bueno ni de sabio.
(Rudyard Kipling, Si... fragmento)

Una invitación,
a decir si,
a dar sin esperar las gracias,
a entregarse sin descanso,
por la causa que nace en tu alma.

Otro si,
como la oportunidad que tienes,
para saberte humano,
lleno de dudas,
de complejos y por momentos…
lleno de días negros
y de noches sin sueño,
sin que eso sea pretexto,
para botarlo todo,
para abandonar el barco,
para rendirte,
para llorar sin descanso,
para decirte que no sirves de nada.

Otro si frente a la desesperanza,
como un puerto,
una boya en medio del mar muerto,
como una fuente de agua,
en pleno desierto,
que nos devuelve la calma,
que nos dice que nada pasa,
si nos detenemos,
que nada sucede,
si hacemos siempre lo mismo,
que nada cambiará,
si el cambio no opera,
en el interior de nuestra vida.

Otro si,
ante la gente que pierde el tiempo,
en contaminar el tiempo de otros,
en dañar la honra y la buena fe,
de los que son buenos,
de los que se equivocan sin maldad,
de los que crecen,
sin dañar a los demás.

Otro si,
frente al desengaño que significa,
el ejercicio de la política,
tal como lo han definido y ejercicio,
aquellos que en lugar de servir,
se sirvieron de su pueblo,
que en lugar de ayudar,
se robaron todo el dinero,
que en lugar de apoyar,
buscaron siempre,
destruir, desinformar y matar,
todo aquello que significaba
algo diferente a su forma de pensar.

Otro si,
ante las mentiras,
y las medias verdades,
que buscan reinar,
aupadas por una ignorancia sin par.
Otro si,
que es un grito y un llamado a educar,
a quitar el velo de los ojos,
de tantas personas
que caminan por el mundo,
sin saber por qué lo hacen,
cómo lo hacen y para qué lo hacen.

Otro si,
como reserva para momentos de desesperanza,
para cuando parece
que ya nada en la vida cambia,
cuando creemos,
que nada hacemos,
que en nada contribuímos,
que no tiene sentido la vida,
y aunque la muerte no es la salida,
se dibuja como una puerta de emergencia…
como una medicina siniestra.

Otro si,
como afirmación de la tolerancia,
del trabajo desinteresado,
del pensar en el bien común,
que es quizá,
el legado para los que caminan detrás,
para aquellos que amamos,
y para los que vendrán.

Otro si,
esa es la única forma de caminar.
Una vez que has dejado de llorar,
cuando has logrado algo de calma,
otro si,
por lo que amas,
por quien amas,
por los que te aman,
por los que te amarán
y por los te criticarán,
odiarán y desconocerán.

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