viernes, 13 de octubre de 2017

Necesita de ti

La paz es para el mundo lo que la levadura para la masa
El Talmud

La paz necesita de ti,
de lo que todos los días,
puedas hacer
para que viva en tu alma.

La paz necesita de ti,
como necesita de los gobernantes,
sobre todo de aquellos
que montados en el imparable
motor del poder,
fortalecen las industrias armamentistas,
hacen demostraciones públicas,
para enseñar lo fuertes que son
lo imponentes que llegan a ser.
La paz necesita llegar a ellos,
para demostrarles que el camino
de la violencia sin sentido,
es el camino perdido.

La paz necesita de ti,
como necesita de la solidaridad,
de la conciencia y responsabilidad
de gobiernos y sociedades,
del llamado mundo desarrollado,
que dan la espalda a miles,
a millones de refugiados,
a millones de seres humanos,
que lo que están buscando
es pan para su boca,
una escuela para que sus hijos se eduquen,
un médico para que sus males curen
y un trabajo que los dignifique,
sin olvidar,
su historia, cultura y ancestros.

La paz necesita de ti,
como necesita de aquellas instituciones,
que fueron creadas luego de las grandes guerras,
y que se inspiraron en el ideal de la cooperación,
de la ayuda, del amor por el prójimo,
de la solidaridad y la tolerancia.
Pero que con el paso del tiempo,
la burocracia y la insensibilidad,
se apoderaron de ellas sin piedad.

La paz necesita de ti,
como necesita de la buena ciencia,
que sepa contribuir con las claves,
con las ideas y los análisis,
que fortalezcan la vida
en clave de paz.

La paz necesita de ti,
necesita decirte que ella está allí dentro,
donde tienes todos tus sentimientos,
donde hay alegría si pasan cosas buenas,
donde hay tristeza si algo nos daña
o dañan a quienes amamos.

La paz necesita de ti,
y de tu diario trabajo,
contigo mismo,
con el respeto y dignidad
con el que te trates,
y con el respeto y dignidad
con el que tratas a los demás.

La paz necesita de ti,
porque si desarrollas,
principios básicos de convivencia noviolenta:
tolerancia, respeto, amor, comprensión,
libertad, igualdad, armonía,
reflexión y sinceridad,
sabrás darte cuenta,
que no necesitas convertirte en un ser mágico,
si esa magia está en reconocerse humano,
con momentos buenos y malos,
con hábitos buenos y malos,
pero con la capacidad de actuar,
y equilibrar los momentos.
Con la capacidad de reconocer el error
y poder pedir perdón,
con la capacidad de perdonar,
con la capacidad de educar sin adoctrinar.

La paz necesita de ti,
todos los días,
es una invitación que no caduca,
es un llamado constante,
armónico y necesitado.
Es una renovación diaria,
a sumar esfuerzos,
a reconocer errores,
a soñar mundos mejores,

y hacerlos realidad.

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