Los hombres se quejan de "la injusticia y el
abuso" hasta que son capaces de ganar fuerza. Una vez que este poder está
en sus manos, lo usan si es necesario para la comisión de injusticias y abusos
Henri Becque
Escucho comentarios de rechazo,
de
personas, de funcionarios públicos,
que han
sido llamados,
que han
sido conminados a apoyar
las
actividades de campaña electoral
de los
candidatos del gobierno,
de los
candidatos del poder.
Esto,
de ser
verdad,
no
puede pasar,
no
debemos permitir,
que un
funcionario público,
que
recibe su remuneración
por un
determinado trabajo,
utilice
ese tiempo
para
apoyar la campaña
del o
los candidatos del poder.
Esto,
de ser
verdad,
no
puede pasar,
no
debemos permitir,
que el
director de una institución
que es
de servicio público,
disponga
reuniones de planificación
y
búsqueda de financiamiento
de la
campaña de los candidatos del poder.
Esto,
de ser verdad,
habría
que denunciar,
no
solamente a las instancias nacionales,
sino a
los organismos internacionales
que
monitorean los sistemas de democracia
en cada
país.
No
alcanzo a entender,
los
alcances del poder,
cuando
en tiempos de elecciones
dispone
que sus instituciones
siembren
el miedo en los corazones
de
funcionarios y trabajadores,
regando
un discurso del miedo
que
pretende hacer creer
que
sino gana el poder
todos
perderían sus empleos.
¡Qué
acción tan baja!,
¡Qué
actitud tan miserable!,
en
lugar de cumplir con su deber,
en
lugar de devengar el sueldo y el presupuesto,
dedicarse
a trabajar
por
mantener su propio estado de bienestar.
Funcionarios
que convocan
a
reuniones amenazantes,
que
buscan una falsa solidaridad,
que
cobran viáticos para viajar,
a
reuniones de partido
y no a
reuniones de trabajo.
De ser
verdad,
de ser
esto una realidad,
hablaríamos
de que la ética
ha sido
olvidada en el liderazgo
del
ejercicio público.
De ser
verdad,
no
podemos callar,
que
usemos todos los medios
para
poder denunciar
a
quienes roban tiempo,
dinero
y sueños,
de
ciudadanos,
de
funcionarios.
Que la
semilla de la amenaza,
no
caiga en ningún terreno fértil,
y que
no debilite la voluntad
de
ningún ciudadano,
que el
mal funcionario,
aquel que
roba el tiempo y el dinero público
para
dedicarse a hacer campaña
y a no
trabajar para lo que se le paga,
deje la
comodidad del anonimato
y rinda
cuentas de su falta
y de su
prepotencia,
y se
someta a la ley y a la pena
producto
de su actuar inhumano
ignorante
y malsano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario