jueves, 19 de mayo de 2016

Cuando gobierna el sordo y el necio

Un necio encuentra siempre otro necio aún mayor que le admira
Nicolas Boileau

No hay peor gobierno,
que aquel que desoye
la voz de su pueblo,
y la voz de su propia conciencia,
-si es que la tuviera-.

No hay peor sordo,
que aquel que llegó al poder
ofreciendo el "oro y el moro",
con el único fin y deseo,
de construir en su entorno
la triste historia
de un supuesto héroe,
de un supuesto mártir,
de un supuesto prócer.

No hay peor sordo en el poder,
el que a la vez es un necio,
que se alimenta de su ego
y de las melosas palabras
de su entorno predilecto
que le venera y le sirve
por el simple hecho de servirse
de las delicias del poder
de las ganancias que les da,
tener  el mango de la sartén,
y tener de su lado la ley.

Cuando gobierna el sordo
que a su vez es un necio,
gobierna la sinrazón,
gobierna el desprecio por el contrario,
gobierna el resentimiento,
la venganza y la sanción.

Cuando gobierna el sordo,
que a su vez es necio,
gobierna la ley de la selva,
la impunidad y la imposición.
Si alguna voz se queja,
si alguna voz pregunta,
si alguna voz cuestiona
se la descalifica
y a la vez califica,
como la voz del terrorista
la voz del delincuente,
la voz del que pide a gritos
que regresen los malos gobiernos
y los malos gobernantes
de historias pasadas.

Cuando gobierna el sordo,
que a la vez es necio,
su ejemplo lo siguen,
colaboradores y subalternos,
pequeños sordos,
pequeños necios,
que causan daño,
con la incompetencia innata,
de despilfarrar  la plata pública
en hacer creer que el sordo oye,
y que el necio acepta y rectifica.

Cuando gobierna el sordo,
que a le vez es necio,
ningún argumento cabe
cuando llegado el momento
se pide y se exige un espacio
para el diálogo y el consenso.
Se gobierna por la imposición y la sanción,
se gobierna con la amenaza,
se gobierna con la fuerza,
se gobierna para una sola bandera,
y no la del país,
sino del partido,
y la de los amigos del partido,

Cuando gobierna el sordo,
que también es necio,
el futuro es incierto,
aunque el sordo diga,
que solamente con él podrás
hacer realidad tu sueño de vida.
Seguro aprenderás a ser sordo y necio,
como condición única,
del servicio público,
asesinando la democracia colectiva,
y dando vida
al fundamentalismo político,
y al totalitarismo disfrazado de democracia.

Ni sordos de entendimiento
ni necios de voluntad y corazón,
porque no oyen,
porque no escuchan la voz del pueblo,
porque sólo escuchan
su propia voz.


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