viernes, 27 de marzo de 2015

El peligroso camino hacia el fanatismo

Si entre las muchas verdades eliges una sola y la persigues ciegamente, ella se convertirá en falsedad, y tú en un fanático.
Ryszard Kapuściński

Peligroso fenómeno social,
es el llamado fanatismo.
Gana adeptos sin igual,
y se aprovecha del individuo,
que ha cambiado el amor propio
por el culto a una divinidad.

El camino al fanatismo,
es cada vez mas grande,
mas ancho y concurrido.
Caminan cegados,
por el dogma de la única verdad,
por el discurso que ha llegado a transformar
el corazón y la mente de la gente.

El camino al fanatismo,
se construye con intolerancia.
Y, entonces,
los fanáticos se transforman en eso:
en intolerantes,
que no aceptan reflexiones ni críticas.
Que declaran su enemigo,
a quien levanta su voz
para opinar en contrario,
a quien les dice que no está de acuerdo con ellos,
a quien les muestra otra opción
de hacer la cosas,
otra forma, noviolenta, de cambiar el mundo.

El camino al fanatismo,
se encuentra lleno de violencia.
Violencia física, violencia psicológica
y violencia cultural.
El fanático es violento,
porque es la naturaleza del fanatismo
y buscará hacer daño,
a quien lo critica o se opone.
Una violencia creciente,
que busca sembrar miedo,
someter y convertir en fanáticos
a quienes son presas del miedo.

El fanático pierde su opinión,
su libertad para pensar,
aunque cree sin duda,
que tiene la razón,
asó la haya perdido,
en el intenso camino hacia el fanatismo.

El fanático asume,
que la verdad única
se encuentra en la boca de su manipulador,
a quien considera un dios,
y a quien entregará hasta su vida,
por defender del enemigo,
lo que él predica.

El peligroso camino
hacia el fanatismo,
es cada vez mas concurrido,
por gente de todas las edades,
de todas las culturas y creencias.
Lo que sabe el fanatismo,
es manipular las realidades,
para atrapar entre sus redes
a sus adeptos y seguidores.

Si hay fanatismo,
será difícil dialogar,
será complejo pensar en la paz,
será casi imposible pensar,
será peligroso hablar.

Un peligroso camino,
el que conduce al fanatismo,
pero es una triste realidad,
que debemos enfrentar,
y por tanto educar,

contra el fanatismo y sus demonios.

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