viernes, 9 de marzo de 2012

Temores e ignorancias

Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.
François de la Rochefoucauld

Celebrábamos,
unos mas que otros,
cuando el país le dijo al mundo,
que en este terruño,
a la querida naturaleza,
se le reconocían derechos.

Celebrábamos,
porque era un hecho importante,
que otorgaba al debate,
de las actividades extractivas,
de las actividades mineras,
un nivel de derechos constitucionales.

Celebrábamos ignorantes,
porque creíamos que las cosas,
serían diferentes,
porque creíamos en la palabra,
que decía y aseguraba,
que la naturaleza estaba protegida,
y que cualquier actividad extractiva,
se daría en condiciones conocidas,
en condiciones extraordinarias,
en condiciones controladas.

Ante las noticias alarmantes,
que cuentan que la minería a gran escala,
tiene ya el visto bueno
y el apoyo de este gobierno,
el temor por el futuro
se hace mas intenso.

Temores,
porque no sabemos
si al final seremos
beneficiarios verdaderos.
Temores,
porque no sabemos
si el gobierno sabe
controlar los excesos,
y las actividades de los grandes mineros.
Temores,
porque no sabemos
el futuro de aquellos pueblos,
que hoy conviven con la naturaleza,
y mañana su futuro será incierto.

Temores,
porque no sabemos
si esa minería a gran escala
es tan buena como a pintan los unos,
y tan mala como la pintan los otros…
quizá lo que el sentido común nos dice,
lo que la historia de nuestros pueblos nos cuenta,
es que luego del paso de la minería,
los ricos son pocos,
los pobres son muchos,
la naturaleza muerta,
y los gobiernos en silencio.

Temores,
temores muchos,
pero aún cuando no se puede preguntar,
cuando no se puede hablar del tema,
porque te tildan de todo.

Temores,
porque se ignora el futuro,
aquel que tanto soñamos,
aquel que tanto anhelamos
y que con estas noticias,
lo único que se incrementa
es la duda, la preocupación y el desencanto.

Temores,
de oír tanto millones,
que pasarán por las cuentas de todos,
menos del pueblo.

Temor por la ignorancia,
del comportamiento de aquellos
que sin reflexionar un momento
a todo dicen si, porque lo dice el gobierno,
y no se ponen a pensar
en las consecuencias que para ellos,
tienen aquellas decisiones,
que parecerían buenas,
pero que hay que analizarlas,
no solo ahora, sino luego de un tiempo,
cuando ese furor revolucionario,
se apague con el viento.

Temor,
porque es tiempo de vacas gordas,
y en lugar de ahorrar, de guardar,
de asegurar de futuro,
se están comiendo, unos pocos,
el futuro del pueblo.

No hay comentarios: