jueves, 1 de marzo de 2012

Del perdón obligado y de otros perdones, Cartas a Santiago, mi hijo

Enseñemos a perdonar;
pero si enseñamos también a no ofender,
sería más eficiente.
José Ingenieros

Hijo mío:

Cuando perdones,
que no sea jamás por obligación,
por conveniencia,
o porque no te queda más.

Cuando perdones,
que no sea al final,
cuando ya te hayas vengado,
cuando ya te hayas burlado,
cuando el daño haya sido hecho.

Cuando perdones,
que sea de corazón,
que quien te haya hecho daño,
sienta que es posible reparar el dolor,
sienta que ha actuado mal,
que no debió actuar así,
y que tu actitud le enseñe,
a ser buena persona,
de buenas costumbres.

Cuando perdones,
hazlo de corazón,
libérate del dolor del rencor.
Un corazón que perdona,
es un corazón liviano,
un corazón que perdona,
es un corazón que ama,
un corazón que perdona,
es un corazón vivo.

Cuando perdones,
que sean tus hechos,
y tus palabras
las que hablen del perdón,
las que enseñen a perdonar,
las que enseñen,
a que el perdón
es de verdad,
es de corazón,
es voluntario,
que no responde a ningún interés,
que el único interés
es liberarte y liberar,
es caminar con la frente en alto,
con el corazón liviano,
con la palabra firme,
con la esperanza en la mano.
Pero también aprende,
que antes del perdón,
está el respeto,
la tolerancia,
la ética práctica,
las buenas costumbres,
la libertad de la palabra,
la prudencia,
la consideración.

Aprende hijo mío,
que si bien el perdón,
ayuda al corazón,
lo que de verdad lo alimenta
y da vida al alma,
y a la sociedad entera,
es ser una persona,
en el total sentido de la palabra.

De nada sirve el perdón,
si al día siguiente,
si al segundo siguiente,
sigues haciendo lo mismo.

De nada servirá el perdón,
si juegas con la verdad,
con la honorabilidad,
con la promesa,
con la ilusión.
De nada servirá el perdón,
o no habrá perdón que valga,
si no haces de tu vida, un homenaje
a la ética y a las buenas costumbres,
desde el lugar que decidas vivir,
si eres pobre o rico,
si eres pequeño o gran empresario,
si eres burócrata,
si eres político,
si eres profesional,
si eres lo que quieras ser,
desde el lugar que te encuentres,
sueña lo más grande,
lo más puro,
lo que mas amas,
respetas y admiras.

Solo en un corazón puro,
tiene cobijo el perdón,
y tiene espacio el olvido.

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