jueves, 5 de agosto de 2010

Sobre la familia

Me enamoré de mi mujer y nunca más me volví a enamorar. La fidelidad te la propones inconscientemente: tienes una familia, unos hijos...
Paco de Lucía


Tantas cosas
cambian en la vida,
la ciencia y la tecnología
nos llevan de apoco
a nuevos mundos,
a nuevos días.

Cambian los conceptos,
cambian los preceptos,
cambian las definiciones
cambian las condiciones.

Como cantaba la Negra,
“cambia, todo cambia”,
pero la institución que permanece
necesaria en el tiempo,
necesaria en el espacio,
fundamental para la vida,
imprescindible para la sociedad:
es la familia.

Una institución tan antigua
como la humanidad misma,
reconocida por las leyes,
incluida en la Declaración
de los Derechos Humanos,
la familia es fuente
de valores y virtudes,
de enseñanzas y amores.

Es el primer contacto social
que un ser humano tiene al llegar,
es origen de sentimientos,
es la mano que moldea,
es el la pluma que escribe,
es la luz que ilumina,
es la refugio, es abrazo,
es un beso, es alegría.
Y como todo en la vida,
es un reto, un trayecto complejo,
es dolor, es pena,
es tensión, es dolor,
es decepción, es incomprensión.

Es una mezcla de lo bueno y lo malo,
de lo blanco y lo negro,
pues la familia se compone
de seres humanos
de personas y gentes,
con sentimientos variados,
que en el trayecto de la vida
aportan o dejan de aportar
a su propia familia.
Y aunque la Ley y el Estado
le deben protección a la familia,
poco contribuyen en verdad
a fortalecerla y protegerla,
la violencia, la ignorancia,
el consumismo, las falsas tendencias,
el egoísmo y el materialismo,
contribuyen a debilitar la familia,
a intentar prescindir de ella,
a desvalorizarla,
a hacerla ver como algo
“que pasó de moda”,
cuando por el contrario
necesitamos tanto de ella,
necesitamos que se fortalezca,
ella… la familia.

Pequeña o grande,
unida o dispersa,
tradicional o alterna,
la familia no puede dejar de pasar,
es el puerto al que siempre se vuelve,
es el árbol al cual te apoyas,
el árbol que te da sombra,
la fuente donde calmas la sed,
y donde nace tu energía y tu fuerza.

Una tarea compleja,
la de construir y mantener,
a lo que llamamos familia.
Una tarea quizá
que reporte mas dolores
que amores,
o mas amores que dolores,
no lo sé,
cada caso es especial,
lo que importa entonces
es no perder de vista,
no dejarse llevar,
por aquellas voces terroristas,
que intentan a la familia desvalorizar.

Cada día es un reto,
en la construcción de la familia,
mira dentro de tu corazón
y en silencio examina
cuánto de ti entregas a la familia,
y no hablo de dinero o cosas parecidas,
hablo de amor, de comprensión,
de tiempo… de pasión,
y quizá obtengas la respuesta que necesitas
no solo para valorar tu familia
sino para hacer, lo que has dejado de hacer
por los tuyos… por los que te dieron la vida,
por los que necesitas… por los que te necesitan.

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