viernes, 26 de febrero de 2010

Desesperanza

"El más terrible de todos los sentimientos
es el sentimiento de tener la esperanza muerta."
Federico García Lorca


Hay veces que la desesperanza
se posa en mi ventana
y me cubre con su manto,
momento en el cual
dejo de lado
mi interés por la vida,
mis ganas y mi canto.

Y es que la desesperanza,
maestra del disfraz perfecto,
oculta su rostro
tras máscaras discretas.
Máscaras de temor,
máscaras del olvido,
máscaras de resignación,
máscaras de desamor.

Es la desesperanza
la que discretamente,
inyecta su veneno
en el corazón y en el alma,
volviéndonos indolentes,
sufridores natos,
desatentos y desamorados
fríos y desgraciados.

Desesperanza,
que te lleva a dejarlo todo,
a creerte cualquier mentira barata,
a bajar los brazos,
a entregar la guardia,
al resignarte a ser un ser,
inerte y manipulado.

Desesperanza
que se alimenta y vive,
de la carencia de fe,
de la ausencia de amor,
de la pasión por la vida,
del anhelo del futuro,
del esfuerzo, el estudio,
en fin…
de dejar de ser persona
y convertirte en artilugio
de quienes supuestamente están
para guiarnos por este mundo.

Desesperanza
aliada incondicional
de la promesa barata
que no requiere de análisis
que no soporta la duda,
que hace y desase tu vida,
que se aprovecha
de tus mejores días.

Con canto de sirena,
la desesperanza te atrapa,
hace ver lógica tu pena,
tu desencanto y tu fracaso,
te dice que no eres capaz,
que dejes todo de lado,
que no hace falta luchar,
por ese sueño anhelado,
pues tarde o temprano
alguien te lo va a robar.

¡Qué cruel es la desesperanza!,
y que grande también.
Tarea doble tenemos
si la queremos vencer.

Cada día,
durante todos los días de tu vida,
recuerda que la desesperanza
estará presente
intentando atrapar
tus mejores anhelos,
tu confianza, tu fe,
tus creencias y tus sueños.

No es justo, no es ético,
no es humano, no es correcto,
dejar a la desesperanza entrar
y quedarse a vivir en nuestro lecho.

Búscala muy dentro de tu corazón,
y una vez que la encuentres
aléjala a través
de los buenos sentimientos,
de la esperanza por un futuro mejor,
del amor por el prójimo,
de la autoestima,
de la confianza,
de la fe y la esperanza,
y sobre todo,
la echarás muy lejos,
cuando seas verdad
dejando de lado los complejos.

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