jueves, 18 de diciembre de 2008

Siguen... los tiempos de campaña



¡Cuántas cosas se dicen!
¡Cuántas cosas se dicen hacer!
ha comenzado la feria,
el festival de las ofertas,
hay para todos,
esperemos a ver.

Ya lo dijo alguien,
del partido de gobierno,
“llevamos dos años en el poder,
y cinco campañas a la vez”.
Nos hemos pasado en elecciones,
ofreciendo, maldiciendo,
diciendo lo que es verdad,
quién, a decir de ellos miente,
y por qué ellos tienen la razón.

Miro también,
los nuevos “mesías”,
que predican la salvación popular,
arreglarán todo lo malo,
y nos traerán felicidad,
“solo” necesitan nuestro voto,
para que sus promesas mediáticas
se hagan realidad.

A ellos,
a todos ellos les digo,
que personalmente,
y seguro que eso
me traerá problemas,
pero lo tengo que decir,
que no creo en derechas,
ni en izquierdas,
ni en centros,
ni en colores de cartel,
que lo que creo es lo que veo,
que en política,
eso tiene que ser.

¡Basta de tanto robo!,
de tanta promesa sin cumplir.
¡Basta de engaños sin tregua,
los candidatos y los elegidos,
tienen que trabajar
de una buena vez,
no hay pretexto que valga,
ustedes lo tienen que hacer,
para ello han dicho que saben,
que se han preparado una
y otra vez.

No me creo los cuentos baratos,
las frases de alquiler,
aquellas que proclaman
que solo una casta puede ser
la que maneje las riendas
del país, de las ciudades,
de las poblaciones,
de hombres y mujeres de a pie.

No basta que canten canciones protesta
o que tengan mucho papel en la pared,
que hayan recibido cursos,
o que hayan ejercido el poder.

Lo que queremos,
lo que necesitamos,
son mujeres y hombres,
que tengan limpias sus manos,
que tengan sus corazones iluminados,
y que por sus obras hablen por doquier,
que no nos engañen con campañas,
con fotografías vanas,
con obras a medio hacer.

No me importa sin dicen ser
de derecha o de izquierda,
eso no tiene validez,
cumplan sus promesas de campaña,
haciendo buen uso de nuestro dinero
y de nuestro futuro sin resolver.

¡Cuántas cosas se dicen!
¡Cuántas cosas se dicen hacer!
ha comenzado la feria,
el festival de las ofertas,
hay para todos,
esperemos a ver.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Los otros derechos humanos, Cartas a Santiago, mi hijo


Hijo mío,
en estos días,
el mundo se hace eco,
de un importante hecho:
el reconocimiento directo
a una serie de derechos
que la humanidad reconoció
para bien público
para el respeto mundial.
Se habla de la libertad de palabra,
del respeto a la dignidad,
de la justicia humana
sin trabas,
de la educación por igual.
De oportunidades para todos,
de respeto, de igualdades comunes,
de libertades también,
todos derechos fundamentales
presentes en la mayoría
de las constituciones estatales,
y que se celebrar por estar ahí,
por haber sido aceptados,
divulgados y estudiados,
pero que todavía,
algunos no han sido aplicados,
porque las miserias humanas,
impiden que los derechos de todos
sean eso: de todos.

Entonces te darás cuenta,
hijo querido,
que no basta con que los derechos
en palabras se conviertan,
que los derechos,
en los libros aparezcan,
porque el ejercicio de ellos
se los hace en la vida misma
en la práctica y ejemplo personal,
en la conciencia social,
que al prójimo debes dar.

Te darás cuenta también,
que hay muchas bocas,
que se llenan de palabras,
vacías todas,
que sobre la defensa plena
de los derechos humanos,
y mirarás unas manos
que defienden ciegas,
a los delincuentes comunes
que aplastan nuestros derechos.

Te pido entonces,
que jamás abandones,
el derecho que tienes,
y que tienen,
tu gente y la comunidad que quieres,
de que aquellos derechos,
tan anunciados
e irrespetados,
se apliquen a todos,
sin distinción alguna.

Mas te pido una cosa más,
trabaja y lucha,
en tu vida toda,
porque nuevos derechos
cobijen a la gente:
el derecho a soñar
un mundo nuevo,
de igualdades y oportunidades,
de respetos y aciertos,
a soñar con posibilidades
de futuros mejores.

El derecho a mantener
la inocencia perdida,
y que no te la quite nadie,
con engaños y mentiras.

El derecho a que te digan la verdad,
los políticos de turno,
y que tengamos la oportunidad,
de exigirles cumplir la promesa
que hicieron alegres
en campañas de fiesta.

Esos y otros tantos derechos
que merecemos se cumplan,
te pido no olvides:
no bastan las palabras,
lo que cambian los hechos
son los comportamientos,
los buenos ejemplos,
decir y ser verdad en vida,
y no una promesa perdida.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Declaración Universal de Derechos Humanos



Declaración Universal de Derechos Humanos

Adoptada y proclamada por la Asamblea General en su resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948
Preámbulo

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana,

Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad; y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias,

Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión,

Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones,

Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres; y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad,

Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y

Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso,

La Asamblea General

Proclama la presente Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.
Artículo 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Artículo 2

Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.
Artículo 3

Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
Artículo 4

Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.
Artículo 5

Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 6

Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.
Artículo 7

Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
Artículo 8

Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.
Artículo 9

Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.
Artículo 10

Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.
Artículo 11

1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

Artículo 12

Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.
Artículo 13

1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio, y a regresar a su país.

Artículo 14

1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 15

1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.

Artículo 16

1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.
3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.

Artículo 17

1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.
2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.

Artículo 18

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Artículo 19

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Artículo 20

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.
2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.

Artículo 21

1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.
2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.
3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.

Artículo 22

Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.
Artículo 23

1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.

Artículo 24

Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.
Artículo 25

1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

Artículo 26

1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.

Artículo 27

1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.

Artículo 28

Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.
Artículo 29

1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.
2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.
3. Estos derechos y libertades no podrán en ningún caso ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 30

Nada en la presente Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Recuerdos

No sé…
los días, y los años
pasan, caminan,
mas tu recuerdo conmigo
duerme y sabe
que no hay tiempo
no hay forma de olvidarte
de separarme de ti…
Tantas cosas
que a lo lejos parecen extrañas,
espero tener el tiempo,
y vida para decírtelas
como te mereces,
contigo, conmigo…
con los dos.

No eres de aquí...

Creo que no eres de aquí,
que llegase no se cómo,
con el viento
con el último soplo,
inundando el tiempo
con tu aire
con tu rostro,
con tus movimientos,
con un nuevo momento.

Hazlo

No me digas que lo vas a hacer,
hazlo,
no me hagas promesas…
cúmplelas,
no digas palabras vacías,
haz acciones positivas…
entonces estaré contigo,
seré tuyo,
sin mas restricciones
que la propia vida.

Momentos....

Hay momentos,
tiempos concretos
que me voy del mundo
como si se hubiera acabado
el tiempo en la tierra
mi tiempo contigo,
y debería despedirme,
decirte te quiero,
y muchas cosas más.

Tu sonrisa

Volví a mirar tu risa,
tu sonrisa,
aquella que me dice
que todo está bien
que estás con vida
que aún causo en ti
al menos alegría…
entonces me digo
que si soy capaz de eso
lo puedo todo
que no todo… está perdido.

Días...


Hay días….
¡qué días!,
de esos que dan miedo,
que es mejor quedarse dormido,
o… hacerse el dormido,
y que esas horas del día
se vayan,
se alejen,
y no vuelvan nunca,
pues nunca debieron venir,
… yo estaba bien,
estaba tranquilo.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Sobre la democracia, Cartas a Santiago, mi hijo



No niego los derechos de la democracia; pero no me hago ilusiones respecto al uso que se hará de esos derechos mientras escasee la sabiduría y abunde el orgullo.
Henry Frédéric Amiel


Hijo mío,
vivimos –se dice-
en tiempos de democracia,
y se argumenta,
por doquier,
que son épocas de libertades,
de posibilidades liberales,
de escoger nuestros caminos,
de decidir el futuro,
de controlar nuestros destinos.

Escucharás entonces,
que todo es voluntad de pueblo,
que todo lo hemos elegido,
que todo lo hemos decidido,
que nada tienen que ver
quienes están en el poder,
pues son los ejecutores
de lo que deciden sus electores.

Escucharás y espero
no te llegues a convencer,
que esto, a lo que democracia
hemos llegado a llamar,
es el verdadero ideal,
el sueño por el que
debemos todos luchar.

Un sueño,
que no me deja dormir,
que en pesadilla se convierte
cada vez que miro
nuestra pasada y presente suerte,
que protegida por el manto
de la democracia sin llanto
nos ha sumido y nos sume
en un letargo amargo,
permanente consorte
de un destino cruel
que destruye el anhelo
de ser y de una buena vez,
personas cobijadas
por un mismo cielo.

No sé si hay democracia,
cuando la violencia
en sus formas y disfraces
clava sus garras y sus fauces
es las venas de los pueblos
sumidos en la ignorancia,
hipnotizados por un populismo
aberrante y osado
que construye dioses de barro
y caudillos mediáticos
que reclaman para ellos
la propiedad de la verdad,
la exclusividad de la palabra,
y el camino a la eternidad.

Un populismo barato,
disfrazado de democracia,
cien por cien avalado
por un imperio mundial
que ha sembrado el terror
la miseria y el hambre popular,
que ha incentivado la muerte,
la matanza y la venganza,
y que se pregunta ahora,
¿por qué estos cuervos,
intentan sacarle los ojos?.

No sé si hay democracia,
hijo mío,
si a quienes delegamos el poder,
interpretan “a su aire”,
lo que la justicia debe ser.
Que interesa más la foto,
la polémica del día,
el deseo mal sano de
que solo unos pueden hacerlo
y que el trabajo de los otros,
de los que piensa diferente
no sirve para nada y para nadie.

Es verdad hijo mío,
la democracia,
es un concepto positivo,
significa igualdad,
de derechos y deberes,
proclama la libertad,
de pensamiento y obra,
fomenta la fraternidad,
entre mujeres y hombres,
sin distinción alguna,
nos lo recuerda Juárez,
cuando nos dice:
la democracia es
el destino de la humanidad;
la libertad su brazo indestructible.
Esa es la democracia que quiero,
para ti y para todos,
que no nos engañen
y nos digan que lo “otro”
es también democracia,
abre tu mente y corazón,
¡que permanezcan despiertos!,
para ver la democracia
y sentir sus sentimientos.