miércoles, 23 de abril de 2008

Libro, viejo amigo


Permaneces a la espera,
de entregar lo que tienes,
y no entiendo la manera,
pero siempre pareces alegre.

Aunque ahora que lo pienso,
puede ser que por momentos,
te vea triste,
o quizá cansado,
pues tu información
nadie ha necesitado.
Mas quien pierde no eres tú,
en tus páginas y párrafos,
en las letras y los gráficos,
se esconde el mensaje,
el conocimiento, la luz,
que ilumina el oscuro túnel
del día a día y nuestra cruz.

Como en todo,
los hay buenos,
los hay malos,
los hay mejores
o quizá peores,
pero los hay…
y aprovechar debemos
de sus enseñanzas eternas
que se contienen sujetas
esperando a que vayamos por ellas.

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