jueves, 13 de diciembre de 2007

Sobre la tolerancia y la prudencia


No todo esta bien,
ni todo está mal,
sino todo lo contrario,
esa es la ley de la vida,
la forma en que las
sociedades todas,
se desenvuelven,
conviven, se enfrentan,
progresan o retroceden.

Siempre habrán contrarios,
pensamientos diversos,
criterios contrapuestos,
ideas diversas,
opciones que no son las nuestras.

En el poder siempre estará
alguien a quien un grupo,
mayor o menor,
dirá que no sirve para gobernar.

En el poder siempre habrán
quienes abusen,
quienes su beneficio busquen,
quienes del prójimo se olviden,
y por ello una justicia
que el tiempo permite,
es la que la factura pasa,
a los enriquecidos por el poder.

Y… es que el sabor de la victoria,
el poder del poder,
la atención de los medios,
produce palabras por doquier,
mas aún ahora,
que se cambia la constitución,
parece que solo unas ideas sirven,
que solo unos iluminados lo pueden hacer,
y si se opina en contrario,
y si se critica lo que se considera malo,
una muletilla suele aparecer:
“la oligarquía” esa peste maldita,
es el pretexto para querer hacer callar,
a todos quienes opinan en contrario,
a quien pretendan poner en duda
el trabajo de la Asamblea Nacional.

La tolerancia es
respeto a las ideas,
creencias o prácticas de los demás
cuando éstas
son diferentes o contrarias
a las propias,
a las de la gente en general,
lo contrario es intolerancia,
que por lo general deriva
en violencia sin final.

Violencia, pues se intenta callar
voces honestas,
violencia, por que no puede haber
otra forma de pensar,
que aquella que la mayoría tiene.
Violencia pues las palabras,
las amenazas, en vilo mantienen,
el sistema de justicia
y nuestra Institucionalidad.

Nada de malo hay
que quienes en el poder están,
busquen hacer realidad
su promesa electoral,
lo malo es que solo su verdad existe
y los demás, deben esperar.

La intolerancia,
la falta de respeto,
nos lleva de a poco,
a la imprudencia,
que se traduce
en la injerencia
en los poderes públicos,
“si no haces esto me voy”,
“si no haces lo otro renuncio”,
eso no es propio de
quienes un mandato tienen
para cambiar
el país de una buena vez.
Sabemos que hay grupos
que el poder detentan
y no lo quieren dejar,
que robaron a manos llenas,
sin tener que trabajar
y ahora pretenden
mantenerse ocultos
llenando sacos y sacos
de dinero del mal.

Pero también sabemos,
que no todas las voces
que por momentos
contrarias suenan
al régimen actual,
son ladrones o pelucones,
o son de lo que algunos llaman
la oligarquía fatal,
en democracia la libertad existe
para confrontar ideas,
para hacer una sana crítica,
sobre aspectos que se debe
cambiar de a poco,
sobre procesos que requieren cambios,
más aún, el fluir de las ideas,
debe ser la característica plena
de un cambio constitucional,
que beneficie a todos,
en una construcción social.

Me preocupa y soy sincero,
la intolerancia presente,
en el discurso presidencial
y en quienes lo siguen a nivel nacional.
Recuperemos el respeto,
trabajemos para todos,
recojamos los criterios,
enseñemos a la gente a discutir,
a debatir en serio,
y poco a poco la prudencia
será parte de nuestro criterio,
y no la caduca lucha de contrarios,
que busca solamente un ganador,
y por lo general suele ser
la violencia fatal.

1 comentario:

Nelson Piedra - nopiedra dijo...

Hace algún tiempo quedé gratamente impresionado al saber que con las letras que forman la palabra ECUADOR se podría escribir ACUERDO.

Cualquier proyecto, independiente de lo bueno que sea -de izquierda o derecha-, si es totalitario resultará excluyente y temporal... luego vendrá la revancha.

En tiempo de Asamblea y CorreÍSMO es muy oportuno este post. Me digo a mi mismo que se tolerante implica tener hambre de imaginar al otro, de ver con sus ojos, sentir como él, cantar/soñar como el que está enfrente, imaginar lo que piensa de mí, tender puentes y no abismos, entender que sus sueños y sus ideas tienen tanto valor como las mías.