“…una política de legalidad es hoy la más radical de las revoluciones posibles, además de la primera de las revoluciones deseables…”
Paolo Flores D´Arcais
Si un político miente,
para obtener el voto de la gente,
a ese político le falta
cultura de la legalidad.
Si la gente vota
por un político, a sabiendas que le miente,
a esa gente le falta
cultura de la legalidad.
Si el funcionario público,
hace de su servicio
una oportunidad dolosa
para su propio beneficio,
a ese funcionario le falta
cultura de la legalidad.
Si los estudiantes esperan,
tener un profesor
que les enseñe las respuestas,
sin entender las preguntas,
a esos estudiantes les falta
cultura de la legalidad.
Si el profesor traslada
un texto del libro a la pizarra,
a ese profesor le falta,
cultura de la legalidad.
Si los mandatarios,
llegados al poder,
olvidan su mandato
y abusan de su condición,
a esos mandatarios les falta
cultura de la legalidad.
Si irrespetas
normas básicas de urbanidad
y de convivencia,
porque nadie te ve,
o porque puedes imponer
tu forma de ser,
a ti te falta
cultura de la legalidad.
Hábitos saludables,
llenos de tolerancia,
disciplina, comprensión,
respeto, dignidad,
entrega, amor y humanidad,
construyen con el tiempo
cultura de legalidad.
Quizá la forma que ahora tengamos
para hacer frente a hechos abominables,
crueles, despiadados, inhumanos,
irrespetuosos e insensibles,
es fortalecer una objeción de conciencia,
unos ejemplos de vida,
y unas vivencias basadas,
en una cultura de la legalidad.
1 comentario:
Estimado Roberto ha empezado usted, a generar debate respecto a tantas incongruencias lamentables que estamos viviendo.
La academia, el sector privado y el público, cada uno de nosotros hemos de coincidir en ser ese antídoto ante la corrupción que enfrenta nuestra época y por ende nuestro país
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