jueves, 18 de abril de 2024

Oscuridad

Creo que nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, 

ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven

José Saramago

Ensayo sobre la Ceguera

Me encontré,

sin pensarlo,

con una inesperada oscuridad,

que me confundió de pronto,

y mis ojos,

no pudieron transmitir

el camino a seguir.


La luz podría representar saber,

conocimiento, energía

y a la vez podría causar ceguera,

sequía, sobrecalentamiento,

fuego que calienta y fuego que quema. 


La oscuridad, puede ser entendida

como tinieblas, temor, miedo,

desconocimiento, castigo. O,

reflexión, paz, descubrimiento,

oportunidad.

Oscuridad que atemoriza, oscuridad que llama.


Al final, esas palabras,

esas realidades no son buenas o malas.

A esas realidades

las acompañan unas circunstancias

que les dan el matiz, el color y el sabor

de amargo, triste, dulce o alegre.


Más allá de ello,

lo que me preocupa de verdad,

es una especie de ceguera

que nada tiene tiene que ver con los ojos.


Es una ceguera que afecta

al corazón, al cerebro…

al ser humano en su esencia.


Una ceguera consciente para unos,

y para otros: imperceptible.

Una ceguera que ilumina con daño,

o que es tan intensamente oscura,

que nos impide razonar, preguntar, 

interpelar, cuestionar, pensar,

reflexionar, analizar, opinar

y actuar de forma tal

que nuestras acciones y hechos,

-errados o no-

sean resultado de esa ceguera,

y no de un ejercicio, de un despertar,

de un ponerse a pensar,

de un tomar conciencia,

y de un actuar consciente.




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