jueves, 11 de abril de 2024

(des) integración

Ya tenemos la independencia, General, ahora díganos que hacemos con ella

“El General en su Laberinto”

Gabriel García Márquez

Somos una suerte de antónimos,

de las etiquetas que nos “ponen”,

cada vez que la clase envuelta en la política,

busca los aplausos, apoyos y los votos.


La supuesta democracia,

es una suerte de remiendo y mezcla

de nacionalismos, populismos, 

manipulaciones y ausencia

de liderazgos éticos de gobierno.

Llegando a justificar

la existencia de la democracia,

con procesos electorales,

que nada tienen que ver

con la real existencia 

de partidos políticos,

escuelas de política y gobierno

y la formación de líderes para gobernar.


Las libertades se promueven

y con la misma velocidad

se sancionan convirtiéndolas en delitos,

en atentados a los modelos dictatoriales 

de gobiernos populistas.


La independencia al final,

hizo que el poder cambie de manos,

las manos cambiaron de dueños,

los dueños cambiaron

y ajustaron la estrategia,

y la estrategia incorporó 

el poder de las mafias a su haber.


La ética y las buenas costumbres,

son entendidas como 

la ley del más fuerte,

el divide y vencerás

y el difamar constantemente.

Se convierten las mentiras

en verdades irrefutables.

La política al final,

no tiene relación con la moral.


Todo ha sido posible,

todo: pobreza, miseria, hambre,

engaño, frustración, decrecimiento,

ausencia de oportunidades,

delincuencia, tráfico, mafias,

todo eso ha sido posible,

menos el unirnos, integrarnos

y trabajar juntos por ideales comunes,

traducidos en el bienestar de un continente,

que tiene tanto y tanto en común.


La política, la democracia,

el bien estar, la dignidad,

los valores que nos permiten

como seres humanos convivir en diversidad,

son demasiados serios,

como para entregar su cuidado

y representación a los politiqueros.


Tantos problemas por resolver,

tantos recursos, que juntos,

harían un verdadero cambio,

y aún estamos buscando la forma

de acabar con el otro,

insultar al otro, desmerecer al otro,

y fortalecer el espíritu de individualismo

que nos caracteriza.


La integración es necesaria, 

nos es necesaria,

cualquier agenda política,

no solamente debe tenerla en cuenta,

debe promoverla, practicarla y acrecentarla.





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