El control del país por parte de la Mafia era una plaga que no paraba de extenderse y no era de extrañar que ningún gobierno estuviese dispuesto a poner bajo la lupa la creciente simbiosis entre la Mafia y la clase política.
"El huevo de oro" (2013), Donna Leon
No es posible,
que hacer negocios lícitos,
sea más complejo
que quebrantar la ley.
No es posible
que quieras emprender,
y las trabas del poder
te impiden crecer.
No es posible
que esperes seguridad
y lo que el Estado te brinda
es inestabilidad.
Los tentáculos de la mafia,
los mafiosos desgraciados,
están por todos lados,
y caminan impunes
porque han comprado conciencias
de los sistemas de control,
seguridad, justicia y gobernabilidad.
Niños y jóvenes que dejan de estudiar,
negocios que deben cerrar por miedo.
Procesos judiciales
que se burlan de la realidad
dejando, una y otra vez,
libres a los maleantes.
Poderes del estado
que deben garantizar
un Estado de derecho,
son tomados por asalto
por una mafia que busca
hacerse con el control
de principales autoridades
de justicia y anticorrupción.
Es una realidad,
fruto de una deliberada decisión:
vender el alma al diablo,
a cambio de poder saborear
las mieles de un poder
manchado de dolor y sangre.
Mafia y mafiosos,
son dueños hoy,
de la capacidad de generar
miedo, terror e impunidad.
Los que digan que van a cambiar,
esta triste realidad,
que lo digan con hechos,
con acciones
que permitan fomentar:
negocios, comportamientos,
servicios públicos y actuaciones honestas.
Algo tan lejos,
en tiempos de simbiosis
entre mafia, mafiosos
y politiqueros mañosos.
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