En cualquier momento de decisión lo mejor es hacer lo correcto,
luego lo incorrecto, y lo peor es no hacer nada.
Theodore Roosevelt
El factor más importante,
de tomar una decisión,
-creo yo-
es que se acompañe de buena fe.
No es fácil,
tomar decisiones,
decidir o resolver sobre algo.
No es fácil,
si lo resuelves
desde la buena fe,
porque piensas en todos,
en lo que pasa…
y en lo que pasará.
Algunos deciden,
que decidan otros,
otros deciden
usando a otros.
En otros casos,
las decisiones se toman,
desde las entrañas,
ni siquiera desde el corazón,
peor aún desde la razón.
Tarde o temprano,
conciente,
o incoscientemente,
informados o ignorantes,
bien o mal intensionados,
tomaremos decisiones en la vida,
que tendrán un efecto
para quien decide
y para quien o quienes reciben
una determinada decisión.
Lo cierto es,
que a una decisión tomada
llegará después
la aceptación, negación,
duda, queja, ira
o comunión
Las decisiones marcan
la vida de las personas.
¿Qué hace diferente el momento?
¿Qué lo hace humano?
regreso a un criterio anterior
que creo y considero clave:
la buena fe.
Decidir, no en favor
o en contra de nadie.
Decidir, porque hay que hacerlo,
en función de una realidad
de unas circunstancias,
que incluyen personas,
situaciones y momentos,
que esperamos mejoren,
tras unas decisiones
correctas o incorrectas.
Decidir antes que callar,
o no hacer nada
o quejarse sin parar.
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