Saber que no se sabe, eso es humildad.
Pensar que uno sabe lo que no sabe, eso es enfermedad
Lao Tze
Muchos peligros
han rodeado siempre,
la historia de la humanidad:
fenómenos climáticos,
enfrentamientos, guerras,
enfermedades y plagas.
Hoy nos duele
un planeta enfermo
azotado por pandemias,
por virus y otros males.
Duele ver un planeta,
lleno de inequidades,
donde el poder y el dinero
cada vez se concentran
en unos pocos,
y la pobreza se extiende
sin freno y sin límites.
Duele ver un planeta,
lleno de intolerancias,
de sangrientamente luchas
y de odios profundos y dañinos.
No basta que una gran mayoría
no tenga para comer dignamente,
ni para atender su salud,
peor aún, para pensar
en que se pueda educar,
en el amplio sentido de la palabra.
A la miseria,
le sigue la ignorancia.
Están en peligro
aquellas instituciones
que tienen como objetivo
combatir la ignorancia
en todos sus formas y caras.
No hay invento que valga,
incluso aquellos que nos dicen
que llevarán luz eléctrica
a los rincones más lejanos.
No hay invento que valga,
decía hace un momento,
si no iluminamos aquello
que poco a poco se está oscureciendo:
la búsqueda del conocimiento,
las buenas costumbres, el sentido común,
la buena fe y las mentes y los corazones,
de seres humanos que cegados
por la venda de la ignorancia
someten su vida y sus condiciones
a lo que diga la voz y la razón
de la perversa manipulación.
Nos necesitamos despiertos,
conscientes, eternamente aprendices
y sobre todo dispuestos
a aprender a aprender, siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario