Los miembros de esta generación tendremos que lamentarnos no solo por las palabras y los actos odiosos de las malas personas, sino por los clamorosos silencios de las buenas
Ken Follett
Hay mucho dolor en el mundo,
entre la gente, en la sociedad.
Dolor de la enfermedad,
dolor de abandono, del engaño.
Dolor que provoca la incapacidad
de hacer algo…
para calmar el dolor.
Personas enfermas,
que no pueden lograr atención a su dolencia.
Personas que logran ser atendidas
en sus angustias y dolores,
pero que, a la vuelta de la esquina,
el propio sistema les dice
que no hay ningún tipo de medicinas
que calmen su dolor.
Personas víctimas,
de una serie de delitos y hechos
absolutamente execrables,
que no lograr ser atendidas
en sus mínimas pretensiones,
por un sistema de justicia
incapaz de administrar
uno de los servicios fundamentales
para nuestra sociedad.
Ciudadanos afectados
por las mismas instituciones del Estado,
al haber comprado viviendas
en terrenos peligrosos y desastrosos,
que ven con impotencia
que frente a sus ojos
se destruye el futuro de sus vidas,
y ante sus reclamos: oídos sordos.
Niños y niñas,
que asisten a escuelas destruidas,
sin las mínimas condiciones
para desarrollar en ellas
actividad alguna de aprendizaje,
peor aún, de inspiración, de motivación,
de soñar con una nueva educación.
Mafiosos, delincuentes y ladrones,
que roban a manos llenas,
que compran conciencias,
que trafican con drogas, personas y armas,
amparados por la corrupción más salvaje
y nunca vista.
Que entran y salen de la cárcel,
cuando les da la gana,
presumiendo de falsas inocencias
y fétidos liderazgos.
Políticos de todo tipo,
disputándose milímetro a milímetro,
el premio a la osadía, a la ignorancia
y a la ambición sin límites.
Políticos que se preparan,
para volver a sonreír,
para regalar comida,
para emborrachar al votante
con licor y palabras baratas.
Este es un breve relato
de los odiosos actos de las malas personas.
Está en nosotros,
no sumarnos a esa perversidad,
con nuestro silencio, con nuestra permisividad.
Actuar también es:
no dejar que se queden y vuelvan siempre,
a los que les gusta siempre robar y violentar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario