jueves, 1 de octubre de 2020

Quino, la elegancia de la crítica y la reflexión (un intento de homenaje al maestro)

Tenemos hombres de principios,

Lástima que nunca los dejan pasar del principio

(Quino)


Es triste,

cuando una persona muere,

cuando un ser querido se va,

cuando alguien deja su lugar,

en este mundo llamado tierra.

 

Es triste, muy triste,

cuando quien se va,

es alguien que invitósiempre,

a reflexionar,

sobre los sin sentidos de la vida,

sobre esa monumental ausencia,

del sentido común,

sobre la desgracia de la palabra

dicha solamente como imagen,

pero carente de acción

y sobre todo de corazón.

 

Quino vino a nosotros,

para dejar un mensaje importante,

más allá de sus reflexiones,

en forma de caricatura.

Vino a decirnos

que es posible reflexionar,

que es posible hacer crítica,

sin perder la dignidad,

las formas y las actuaciones.

 

En un mundo 

cargado de intolerancias,

donde cualquiera

se siente en el derecho

y en la capacidad

de decir cualquier barbaridad,

Quino llegó a decir

y a demostrar

que se pueden decir las cosas

de otra manera,

una elegante y profunda manera

de reflexionar

sobre tantas y tantas situaciones

que nos pasan en la vida,

en el trabajo, en la convivencia,

en la ciudad, en el país…

 

Los medios, las formas,

o los canales que podamos usar,

para transmitir un mensaje,

una idea, una crítica,

una propuesta… una reflexión,

son diversos y cada ves más creativos.

 

Las formas son el reto,

saber decir, es saber pensarlo antes.

Saber decir, es asumir la responsabilidad

de decirlo abiertamente.

Saber decir, saber criticar,

es saberse no “sabelotodo”,

sino corresponsable,

no con un silencio

y una ignorancia colectiva

que nos está haciendo daño,

y que les ha permitido a los desalmados

manipular con su palabra

y con su dinero mal habido,

el criterio y la voluntad

de la mayoría de ciudadanos.

 

Nunca es momento de callar,

hay que levantar la voz,

hay que opinar,

hay que protestar,

hay que proponer,

hay que criticar.

Quino,

nos enseñó una elegante forma.

y digo elegante,

porque asocio la elegancia,

con buen gusto.

Buen gusto, 

 

como sinónimo de 

sentido común,

amor y respeto propio

y respeto para los demás.

Elegancia,

para el alma y el corazón,

que usen las mejores prendas

que son los valores

y las buenas costumbres.

 

Está en nosotros,

-compleja decisión-,

decidir cuáles son nuestros referentes

al momento de pensar,

opinar, criticar y reflexionar.

1 comentario:

Pavel Sánchez Amores dijo...

Los que tuvimos la dicha de leer Mafalfa desde la niñez y disfrutar sus hermosos mensajes detrás de cada personaje nos permite disfrutar este homenaje, aplausos estimado Roberto un abrazo.