jueves, 15 de octubre de 2020

La humanidad perdida


Ser civilizado no significa haber cursado estudios superiores o haber leído muchos libros, o poseer una gran sabiduría... Ser civilizado significa ser capaz de reconocer plenamente la humanidad de los otros, aunque tengan criterios, pensamientos y hábitos distintos a los nuestros

Tzvetan Todorov

Entrevista y bibliografía en Los tiempos del presente, Cuatro. ediciones, 2001


Muy cerca de catalogar

al convivir ciudadano,

como la suma

de acciones irreconciliables,

el discurso del miedo

el discurso del odio, 

la desinformación y la ignorancia,

han logrado su propósito:

sentar a la intolerancia,

en uno de los tronos

del reino del mal.


Divididos,

etiquetados,

resentidos,

manipulados,

desinformados,

temerosos,

y otras cosas más,

hemos olvidado

nuestra propia humanidad

y la humanidad de los demás.


Los datos de la historia sirven,

para justificar la violencia,

la manipulación y la inconsciencia.

El ejercicio de la política,

es la herramienta perfecta

para dividir y gobernar,

para robar en la impunidad.


La etiqueta democracia,

se incluye sin límite alguno,

en la envoltura de gobiernos

autoritarios, extremistas, incapaces,

inhumanos, fundamentalistas

mafiosos y delincuentes.


El liderazgo,

se confunde con comportamientos

irresponsables, petulantes,

sarcásticos y mediáticos.


Las acusaciones,

van y vienen,

nos llenamos de recetas,

de fórmulas de cambio,

de ideas para el futuro,

pero estamos vacíos de acciones,

de reflexiones y de hechos,

que nos hagan diferentes, 

a eso que vemos,

a eso que nos hace daño,

a eso que nos manipula,

que nos domina

y que nos hace inhumanos.


Perdida la humanidad,

perdida la capacidad

de convivir en la diversidad,

perdida la oportunidad de construir

más allá de los intereses propios,

habremos perdido la civilización,

habremos fallado al pasado,

al presente y al futuro que soñamos.


No creo que lleguemos a eso,

hay mucha humanidad alrededor,

hay tantas muestras de humanidad,

han tantas acciones por la humanidad,

hay tantos buenos ejemplos,

que cuestan seguir, lo acepto,

pero ahí está el reto.

Me niego a que seamos los cómplices,

de la humanidad perdida.


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